Jamal estaba sorprendida de que Cashitop le hubiera expresado que sabía cuales eran sus dos peticiones más, pero confiaba en los poderes de ese joven gato mago, de pronto se vio en una cueva muy grande, sintió miradas penetrantes y volteo, ante ella se encontraban las dos Diosas y el gran Dragón Dorado, los tres la estaban inspeccionando, estudiando, analizando, Jamal se sentía incómoda, pero esa era otra de sus peticiones y no sabía si le considerarían digna, de pronto Bastet le dijo: Jamal, mi pequeña gatita, claro que eres digna, tu vida ha sido muy difícil y al menos tus últimos días vivirás con los dones de nosotros, hemos observado tu corazón, tus intenciones y claro que si, gozarás de nuestros dones, los mismos que les dimos a tus hermanos, y el Dragón Dorado está de acuerdo, necesita de una hechicera que acompañe a Cashitop, que le ayude en su misión y tu serás la portadora de su magia, al igual que Cash, serás poseedora de una parte de su magia, de la misma magia de Cash, pero como le dijimos a ese pequeño, tendrás que usarla con sabiduría, que a diferencia de Cashitop tu ya tienes por tu edad, tendrás que enseñarle esa prudencia a nuestro pequeño, aún que sabemos que ya la está aprendiendo, pero tu tendrás la gran responsabilidad de estar junto a él en todo momento, querías un hijo y aquí lo tienes, Cash será tu hijo adoptivo.
En la casa de Bob todo era una festividad, la mamá tía de Bob ya había platicado con su sobrino-hijo, su papá también y estaban más que felices, por fin les habían confirmado que ese pequeño les amaba con todo su ser y que nunca los dejaría, estaría siempre con ellos hasta el final de sus días, el pequeño les había expresado su agradecimiento, habían platicado de todo y Gitol estaba feliz junto a ellos.
En el patio todos los animalitos estaban probando el alimento de Dragón y esté les ofrecía los mejores sabores, cada bocado era una delicia diferente y todos estaban come y come. Los gatitos estaban comiendo de su caza del día, sabían que una vida sacrificada no debería ser desaprovechada y a pesar de que querían seguir comiendo de esa delicia que comía el Dragón. Los perritos estaban dando cuenta de lo que habían reunido y todos le convidaban a nuestros aventureros, ellos no desairaban a nadie y comían gustosos de lo que les convidaban, algunos de ellos habían probado hacía mucho tiempo de lo que todos comían y se sentían afortunados de tantas atenciones.
Dentro de la casa los humanos estaban sentados a la mesa junto a sus invitados, que ya estaban llenos de tanto comer, pero que no iban a despreciar al menos una fruta, esos sabores que podían disfrutar siendo humanos les gustaban, como gatos nunca habían comido de esos hermosos y sabrosos frutos que producían los árboles, esos seres longevos que nadie entendía que también sentían y se movían, pero que debido a la mortalidad de los demás seres no podían notar sus movimientos ni sus sentires, pero que se notaban en los más longevos al levantar las losas de concreto que les aprisionaban y que ellos con toda su majestuosidad y fuerza rompían para moverse a donde querían.
Kitty y Daniela atendían a todos, iban de un lado a otro y lo hacían con gusto, disfrutaban de ser así, además Tango les ayudaba muy voluntarioso y ese hermoso joven de ojos azules llamado Blue hacía lo mismo.
Los rinteles se movían de un lado a otro, comían de un lado y de otro, se transformaban a su gusto y veían como eran vistos como ellos veían a su «hermano mayor», eran un par de niños y se portaban como tal.
Las lechuzas se sentían más cómodas en su forma de ave y estaban en las ramas del árbol, ellas se habían apropiado de dos ratoncitos que habían cazado los gatos abandonados y estaban comiendo despacio, para ellos no había prisas, todo se lo tomaban con calma y sabían que para ellas no había eso de «vivir de prisa» como lo veían en los humanos y en algunos animalitos, no, ellos eran calmados y por sus costumbres nocturnas ya se sentían agotados y querían dormir un rato, pero eso sería después, ahora estaban disfrutando de dos ratoncitos.
Cashitop y Jamal se despidieron de sus Diosas y su mentor y se unieron a los demás, ellos estaban pensativos, lo que les habían confiado sus Diosas les hacía pensar mucho, pero, era hora de unirse a la celebración, Cash tenía que responder y saludar a todos sus admiradores y en especial pasar mucho rato con Bob, gracias a él, a su esfuerzo, todos estaban ahí, además tenía que proteger a ese gatito, en especial ahora que estaban celebrando, uno no sabía de que era capaz Apofis cuando los demás celebraban la vida y el orden.
Jamal estaba feliz, se le habían cumplido dos de sus peticiones y quiso probar su transformación, al hacerlo se veía a una mujer hermosa, de edad adulta pero no vieja, con su cabello moreno, sus facciones eran más bien algo duras, debido a todo lo que había vivido, sus ojos eran verdes y profundos, en ellos se notaba toda la sabiduría de sus años a cuestas, era muy jovial y los humanos disfrutaban de su charla, ella les platicaba de la vida felina y de como es que había conseguido que los aventureros tuvieran noticias de Bob, ese pequeño gato la veía asombrado y se fue a consentir con ella, por primera vez sentía sus manos, las sentía suaves, sabían acariciar y sobre todo sabían posarse en el lugar preferido por Bob, empezó a quedarse dormido en las piernas de Jamal, la gata que no había tenido nombre.
Todos ya estaban disfrutando de una hermosa tarde, el sol empezaba a ocultarse y los árboles se movían de un lado a otro debido a la felicidad de tener a los héroes, animalitos y humanos juntos, más que por el viento, era una hermosa tarde y ya casi era hora de partir, Jamal despertó a Bob y le besó su morrito, le dijo que era tiempo de partir y que si podía pasaría a visitarlo, Bob estaba extrañado de escuchar eso, Jamal era parte de la vida del barrio y nunca se había puesto a pensar que alguna vez no estaría, se acurrucó más pues no quería separarse de su amiga.
Ari Gatita
desde el Hogar de Transferencia
Principios de Primavera 2021