Nunca creí que fuese a subir recetas al blog. Hay tantos y tan buenos blogs de cocina que no le veía sentido. Además, la fotografía culinaria es todo un sector muy desarrollado que desconozco por completo. Si a mi la fotografía y el estilemos culinario no me llaman la atención, si realmente a mi lo que gusta es escribir, si ya hay miles de recetas veganas en internet, ¿para qué iba yo a subir recetas al blog? Pues resulta que para cubrir un vacío.
Mezclar, triturar, amasar... verbos muy típicos en una receta que son demasiado ambiguos. Convivo con personas muy quisquillosas. Me he esforzado mucho en encontrar la forma adecuada de mezclar, triturar y amasar para conseguir las mejores texturas, esas que disfrutamos personas veganas y no veganas por igual. Por eso mis recetas están llenas de trucos. En otras palabras, no doy por sentado que tienes mucha experiencia en la cocina vegana. ¿Si estás buscando una receta es por algo, no?
Que no te engañen, las recetas admiten adaptaciones. Me hace gracia cuando un blog de recetas veganas pone un aviso de que no se pregunte por posibles cambios, que la receta es tal cual es. ¿Cuántas recetas veganas hay adaptadas de recetas tradicionales omnívoras? Miles. Como no soy cocinera profesional se me acaban los ingredientes y muchas veces improviso. Así descubro ingredientes qué se pueden intercambiar fácilmente, para que sean recetas muy del día a día. También me esfuerzo mucho en encontrar sustituciones sin gluten y sin algunos alérgenos. Eso sí, que no se entienda esto como una critica a quienes desarrollan recetas profesionalmente. Si hacemos un cambio y no queda bien no es culpa de la receta; algunos funcionan y otros no. Yo personalmente añado todas las adaptaciones que encuentro y que me mandáis porque, aunque el resultado no sea exactamente igual, siguen cumpliendo su función. Cada cual tiene su estilo.
Por último, siempre busco la versión más fácil, barata y accesible. ¿El tofu es barato? Depende. ¿La soja texturizada? Depende. ¿Los yogures vegetales? Depende. Me lee gente de varios países de habla hispana con un acceso a los alimentos muy diverso. Siguiendo el punto anterior, busco muchas adaptaciones, sobre todo en lo referente a la proteína vegetal. Aquí no es tan sencillo. Según si haces la boloñesa con lentejas, soja texturizada o carne picada vegetal tienes que añadir la proteína en un momento diferente. Le doy muchas vueltas a las recetas para que tengas todas estas versiones. No te imaginas la alegría que me da encontrar versiones más baratas de recetas que ya están muy consolidadas (spoiler: queso crema vegano con 2 ingredientes).
Así que ya ves. Por estas 3 razones sigo subiendo recetas al blog. Hay quien me ha sugerido que suba las recetas más especiales como contenido exclusivo. Aunque me planteo subir contenido de pago, no creo que deban ser recetas. Al final yo comparto las adaptaciones que surgen de mi día a día, sobre todo con el objetivo de abaratarlas. No me cuadra cobrar por ellas. Esta es la razón por la que he preferido las donaciones voluntarias para apoyar mi trabajo. Así podemos conseguir, en conjunto, que hayan más recursos gratuitos para quién los quiera y necesite. Como agradecimiento por donar (o por estar planteándotelo) te hago un recopilatorio de las recetas que deberías conocer.
Para entender cómo triturar las legumbres sin que tus albondigas sean un puré en bolitas: albondigas de judias y avena.
El falafel se puede hacer al horno sin que quede seco escondiendo cierta verdura en la masa: falafel al horno
Amantes de los nachos, se puede hacer una crema agria exprés muy apañada: crema agria de almendras.
La hamburguesa vegetal más barata, sencilla y con un empanado extra crujiente y saludable está en Barbarapgs.com.
La última incorporación que me ha llevado 2 años: tortilla vegana de calabacín muy jugosa.
Espero que te gusten las recetas.
Un abrazo,
Barby
P.S.: si ya has donado o vas a hacerlo ahora, en esta entrada estamos decidiendo que santuario se llevará una parte de los beneficios.