Hace un año exactamente comencé un proyecto que PARECÍA ser acerca de un espacio para niños. Spoiler Alert: resultó ser un post-grado en Límites, Autenticidad, Transparencia, Madurez Emocional, Síndrome de "Good Girl" y "People Pleasing", Culpa y temor a "Speak my truth".
Bueno, más bien fue la Pasantía! La "práctica" de cuanta teoría había escuchado en los últimos 4 años.
Las relaciones humanas son jodidas y a la vez, a eso venimos. No encarnamos en este cuerpo para no hablar con nadie (bueno, si escogiste ser un monje en una montaña, puede ser. Pero si no fue así, el trabajo está en las relaciones).
Y yo escogí durante este último año no solo agregar un montón de interacciones a mi vida, sino ponerme en el foco de éstas (al ser la "dueña del chiringuito"), tocar temas extremadamente sensibles para cada una de las personas involucradas (como la crianza de los hijos) e intentar aplicar todas las teorías (que en papel suenan muy bonitas) que había recolectado durante los últimos 5 años sobre autenticidad, comunicación, acuerdos, trauma y trabajo personal.
Uff fue duro. Cada 6 semanas aproximadamente parecía que pasaba por un tsunami. Eran como pequeños tornados que despúes que pasaban, miraban hacia atrás y me decían: "Bien, sigues allí de pie... Sigamos".
Cada tornado se llevaba la capa o capas de lo que acababa de superar. Y realmente lo veo como la prueba que manifesté a ver si "era verdad que lo que aprendí, lo tenía integrado".
Comunicar lo que era importante para mí, hacer valer límites que estaban siendo saltados (y que ni siquiera había apertura para hablarlo), reconocer mis regalos, no "aceptar" culpas que no tenía, reconocer qué sí era mío y qué era proyección de la otra persona para no sentirse tan mal consigo misma, dejar ir lo que no funcionaba con tranquilidad, aprender a responder EN EL MOMENTO (y no en los replay de las conversaciones en mi cabeza) expresando mi verdad, con respeto, sin dudas y sin dejarme arrastrar por el ola de emociones de la otra persona (a esto le puse de nombre "respectful baddie").
Todo esto este año. Cada 6 semanas, este "post-grado/pasantía" me traía otro reto.
Al final, logré pasar de sentirme como pelota de playa en el medio del mar (a flote, pero medio movida por la corriente), a sentirme boya con ancla (que cuesta más moverla pero dependiendo de la corriente, también se desplaza), a finalmente sentirme columna de muelle (la corriente y las olas van y vienen, pero yo estoy aquí, segura de lo que quiero, tranquila de decirlo, agradecida del mar y las olas, sabiendo que no soy parte de la corriente pero ésta se lleva lo que no necesito, lo que no me pertenece).
Así que hoy se cumple un año completo. Hoy cierro este ciclo. Más cerca de mí. Más clara de lo que quiero y de lo que no. Más fuerte. Más tranquila. Menos asustada de decir lo que es importante para mí. Menos preocupada de lo que va a hacer el otro con lo que yo diga.
A ver qué trae el próximo intensivo!
¿Tú cómo lo llevas? ¿Cuánto te cuesta poner límites? ¿Qué tanto miedo tienes a decir lo que es importante para tí, no vaya a ser que la otra persona se moleste o no le guste o "no te entienda"?
¿Cómo llevas el que alguien hable mal de tí y te enteres por otro lado? ¿Cómo llevas el que te echen la culpa, aún cuando sabes que no fuiste tú? ¿Lo dices? ¿o lo callas y lo dejas pasar?
Si algo de esto te está pasando, hablemos. Te escucho.
Te mando un abrazo fuerte!