Como bien he comentado tiempo atrás, he sido muchas cosas en el transcurso de mi vida. Mi persona se ha desempeñado en varios ámbitos, y el teatro ha sido uno de ellos. Fue por eso que, cuando recibí la invitación de viajar a la península, y viejos amigos me invitaron a un evento para celebrar el día del Teatro, mi corazón simplemente no pudo negarse.
Muchas cosas han cambiado desde la última vez que estuve ahí. Y como cada que viajo a un diferente destino, me gusta explorarlo por mi cuenta.
Cancún ha crecido bastante en los últimos veinte años, sobre todo en los últimos diez. Lamentablemente, no cuenta con muchos centros culturales a comparación de otras ciudades de México. Sin embargo, muchos artistas, en donde incluyo a viejos amigos y conocidos, se han abierto paso y han creado espacios para el arte en distintos rubros.
El día del evento, hicieron el favor de llevarme. Mientras iba en el vehículo, me di cuenta de que había olvidado mis props (utilería). La gente que me acompañaba se preocupó por mí, y se extrañaron cuando me vieron tranquilo. Solo llevaba un pedazo de tela conmigo... era todo lo que necesitaba. Si bien no soy muy hábil con la eficiencia, puedo ser un maestro de la eficacia. Durante años, olvidé, rompí y perdí materiales a la hora de subir al escenario... algunas cosas nunca cambian, supongo.
El Parque de las Palapas fue el lugar en donde nos dimos cita. Vi viejos rostros, entre ellos, algunos se veían irreconocibles. Como el rostro de una joven mujer que yo recordaba como una niña que incursionaba en el teatro musical hace ya muchos ayeres. Fue bueno estar nuevamente tras bambalinas, escuchando los aplausos del otro lado. Esperando... aguardando, mientras los compañeros derrochaban su talento y habilidades en ese escenario.
La emoción es la misma siempre. Sin importar el lugar, el tiempo, la cantidad de gente o el tamaño del escenario. Uno sale, y se pierde... se convierte en la historia que quiere contar.
Mi presentación constó de tres relatos breves que se hilaban entre sí. Afortunadamente el público reaccionó de forma positiva. Al parecer... aun tengo algo de "magia" en mi interior...
No pude conseguir mejores fotos (hasta ahora), así que solo les comparto capturas de un video que pudieron proporcionarme esa noche.
Algunas personas se tomaron fotos conmigo, y tuvieron la gentileza de contarme su opinión sobre lo que hice. De verdad que estuve muy agradecido. Incluso un pequeño se acercó a pedir una foto... a pesar de mi aspecto, me doy cuenta que no causo aversión en todos.
Después de una breve entrevista para un grupo que cubría el evento, me dispuse a partir, no sin antes pasearme por todos estos singulares y coloridos puestos. Pero al final, no pude comer nada de ahí. Habían demasiadas personas, y para ser honesto, comencé a estresarme un poco. Tenía un tiempo de no sentirme así, rodeado de tanta gente en un espacio relativamente cerrado.
Así que las dulces personas que me acompañaron al lugar me invitaron a un restaurante a comer Sushi. Fue así que terminé con un delicioso platillo a las once de la noche. Estuvo exquisito.
La gente fue muy amable y atenta en Sushi Ken. Debo decir que fue una agradable velada, y me alegró bastante volver a uno de los lugares que me vio nacer... el escenario.
Tengo otra propuesta en puerta, espero pueda concretarse. Mi estancia aquí podría perpetuarse por un tiempo más. Desconozco cuando me iré, pero por ahora, solo disfruto el viaje, porque, de eso se trata todo esto, ¿no es así...? De disfrutar, de vivir las historias que escribimos cada día... como si fueran las últimas páginas de nuestras vidas.