EJERCÍCIO (final)

EJERCÍCIO (final)

Mar 15, 2021

- Que lindo perrito - expresó Renata - ¿a dónde va? –

- Es Rocko, duerme en el otro cuarto, primero te daré el tour entonces - anunció Tim muy sonriente.

Entraron al cuarto de Tim, Renata veía el cuarto, estaba todo ordenado y limpio, excepto por una silla frente a la puerta a mitad del cuarto con ropa encima.

- tú cama es muy pequeña - manifestó Renata sonriendo nerviosa.

- así estaremos bien abrazados - explicó Tim picarón.

- sigamos el tour por favor - pidió Renata apenada.

Tim la llevo directo a la puerta - este es el baño, espero sea cómodo para ti - dijo Tim mientras continuaba caminando hacia el otro cuarto.

- esta es la recamara de Rocko - Rocko movía la cola echado en un cojín que salía por debajo de la cama.

- ¿era el cuarto de tu hermano? - preguntó Renata al notarlo vacío.

- sí, pero ahora todo es mío y de Rocko - corrigió Tim sonriendo.

- ¿y la otra puerta? - dudó Renata señalando la puerta de enfrente.

- esa recamara está prohibida - advirtió Tim tornándose serio.

- ¿podemos solo asomar la cabeza? - interrogó Renata curiosa.

- tal vez otro día – determino Tim intentando sonreír.

Renata se acercó a él y lo beso suavemente en los labios para separarse lentamente de él - siento ser tan curiosa - dijo Renata con vergüenza.

- no te preocupes linda, tal vez algún día no solo entremos a ver - sonrió Tim ligeramente - vamos a mi cuarto, nuestro cuarto - aclaró Tim sonriendo de nuevo.

- solo dejemos mis cosas, quiero tomar un baño - sonrió Renata muy sexy.

- lo que pida mi reina - proclamó Tim llevando la maleta de ella a su cuarto.

- lo siento mucho perrito hermoso, pero no quiero que veas - aviso Renata cerrando la puerta del baño por dentro con seguro.

Tim volvió al baño, Renata permanecía de pie al centro sin perderlo de vista con una ligera sonrisa, disfrutando de esos momentos con él, Tim comenzó a desabotonar su camisa amarilla brillante al acercarse a ella un poco nervioso ahora que ya la tenía ahí de frente y con la clara iluminación del baño, recordó entonces el gracioso baile de su hermano para Carol e intento imitarlo, esperando calmar sus nervios. Renata lo veía con detenimiento y sonreía un poco más al verlo tan animado bailando. Tim se emocionó bailando, casi olvidaba que debía sacarse la ropa, se sintió bastante torpe, nervioso continuó más seriamente su baile, echo su camisa en el bote de ropa sucia, saco su camiseta rápido e hizo lo mismo mostrando su torso marcado por el trabajo.

- eres muy sexy Tim - confesó Renata acariciando su espalda suavemente.

 - tú lo eres mucho más hermosa - afirmó Tim comiéndosela con los ojos.

- ayúdame a desnudarme - pidió Renata llevando su mano derecha hacia su lateral izquierda.

 - ¿sale por arriba o abajo? - preguntó Tim relamiéndose los labios.

- por donde quieras - respondió Renata avergonzada.

Tim sujeto el vestido de ambos costados y lo deslizó suavemente por el cuerpo de Renata hacia sus pies, pasando sus nudillos por toda la silueta de la chica. Tim sacaba el vestido con cuidado por sus pies, él la contemplaba agachado, ella se cubría los senos con sus brazos sonrojada y nerviosa, un pequeño triangulo lila apenas cubría el monte de Venus de Renata. Tim tomo los delgados hilos que sujetaban el triángulo lila en su lugar y los deslizó suavemente también pasando las palmas de sus manos por la piel ahora desnuda de Renata que seguía cubriendo sus pechos. Renata se recortaba el vello púbico, solo para que no sobresaliera de su ropa interior, Tim lo había sentido cuando la tocó en la arboleda pero ahora lo tenía justo frente a su rostro con un poco de fluido seco entre sus pequeños rizos. Renata se apenó mucho e intento cubrirse, Tim no se lo permitió y le plantó un suave beso ahí mismo. Después subió besando lentamente el vientre y abdomen de Renata. Había deseado tanto besar ese lindo ombligo desde que lo vio cuando la conoció, Renata gemía suavemente sintiendo los suaves besos de Tim y alborotando su cabello con suavidad, él comenzó a desabrochar su cinturón y pantalón negro de vestir, su pene estaba hinchado y el bóxer comenzaba a lastimarlo. Renata comenzó a acariciar a Tim en la espalda, dejando sus senos libres y ahora a disposición de él que seguía subiendo lentamente a besos. Tim acariciaba el duro cuerpo de Renata, sobre todo esas caderas anchas y su respingado trasero que lo habían vuelto loco tantas veces, disfrutándola entre sus manos. Él besaba los senos de Renata suavemente, los había mordido antes sin disfrutarlos, ahora saboreaba la suave y tersa piel con su lengua y labios haciéndola gemir ligeramente entre sus agitadas respiraciones.

Renata pasaba sus manos por todo el cuerpo de Tim, pellizco suavemente los pezones de él que al parecer eran bastante sensibles ya que le quitó las manos de inmediato. Ella siguió conociendo el cuerpo de Tim solo con sus manos, él comenzó a comer los duros pezones de Renata, eran pequeños y apenas lograba agarrarlos con sus dientes pero Renata gemía fuertemente cuando él los mordía. Tim estaba ansioso por volver a penetrarla pero quería que ella lo pidiera de nuevo, ella llevo sus manos hasta el duro pene, se sentía caliente y suave al tacto. Tim suspiró sintiendo las manos de Renata masturbándolo, sobaba los pequeños y duros pezones de Renata subiendo a besos por su pecho, mordisqueaba suavemente el cuello de Renata escuchándola gemir.

- Hazme tuya Tim - gimió Renata desesperada soltándolo Tim siguió mordisqueándola sin prestarle atención a lo que deseaba escuchar, la guío hacia el lavabo donde la sentó con cuidado, tomó su duro pito entre sus manos, lo pasó despacio por los labios de Renata. Ella se estremecía entre sus manos y boca, Tim continuaba acariciando sus labios vaginales con la punta de su pene que soltaba un poco de líquido, lo llevo al clítoris de Renata e hizo un poco de presión sobre él.

- ¡Tim cógeme! - grito Renata aún desesperada por sentirlo.

Tim comenzó a meter su duro pito en la más que húmeda vagina de Renata, lo hacía muy muy despacio y viendo su rostro de desesperó con una gran sonrisa. Ella llevo sus manos hacia las caderas de Tim en un intento de apresurarlo, pero al no lograrlo terminó agasajando su lindo trasero, él la tomó firmemente de las caderas y se la dejó ir hasta el fondo.

- ssssíiiiiiii - gimió Renata.

Tim se acercó a besarla y ella correspondió enroscando su lengua con la de él, movía sus caderas de un lado a otro que Renata disfrutaba intensamente con fuertes gemidos. Tim disfrutaba de nuevo la vagina de Renata, su calor, la manera de contraerse sobre su pene y la humedad que le permitía moverse libremente a placer. No cabía en gozó a sabiendas que la tendría ahí todos los días, para disfrutarla y comérsela como había estado deseándola durante meses. Tim comenzó a arremeter fuertemente sin perder el movimiento de caderas, Renata que había estado acariciándole le espalda, se afianzaban fuertemente a su cuello. Ella estaba llegando al orgasmo, separó su boca de la de él, arqueando su espalda y llevando su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

- Tiiiiimmmm - gimió fuertemente Renata entre lágrimas de placer.

Tim sentía el intenso orgasmo de Renata y seguía dándole con la misma intensidad, la tomó de las caderas y comenzó a bombear salvajemente intentando morderle los pezones, alargando el delicioso orgasmo. Ella se perdía en la oleada intensa de placer, era tanto su gozó que no sabía que más hacer, gemía, arañaba, mordía sus labios y aún continuaba esa deliciosa sensación de éxtasis. Tim seguía en sus salvajes embestidas, mordisqueando esos lindos pezones y escuchando a su chica gimiendo como loca, pronto sintió su semen venir de nuevo inundando la cálida vagina de Renata. Tim nunca había tenido sexo sin protección, estaba disfrutándolo mucho más de lo que alguna vez pensó. Él relajó su cuerpo, llenando de besos el torso de Renata que seguía pérdida en el placer. Renata abrió los ojos y lo abrazó a su pecho tiernamente para después llenarlo de besos en el rostro.

- vamos a bañarnos linda - pidió Tim con una gran sonrisa en el rostro.

Renata sonrió al verlo sonriente, él la agarró de sus caderas para bajarla con cuidado al piso, la mantuvo entre sus manos unos momentos en lo que ella se incorpora bien. Habían dejado huella en el lavabo de lo que acababa de suceder, Tim lo veía feliz y Renata se sentía apenada.

- limpiaré eso, lo prometo - dijo Renata agachando la cabeza.

Tim entre cerro los ojos y la vio fijo, tomó su rostro suavemente - vienen a limpiar en dos días, tú me ayudarás a ensuciar todo el lugar - sonreía lujurioso antes de plantarle un tierno beso en la mejilla.

Renata se sintió aún más avergonzada y lo beso suavemente en la boca. Tim la abrazó con cariño para después entrar ambos en la ducha, cada uno lavaba su cuerpo no muy lejos del otro, pero Tim no dejaba de morderse los labios mientras la veía con atención, después de enjuagarse él la abrazo suavemente con la toalla antes de envolver su cuerpo con otra. Cortésmente Tim la guío al cuarto para descansar un poco, Renata se dirigió a su mochila que él había dejado sobre la silla, esperando que ella se acomodara en casa, ella estaba buscando su pijama dentro de su mochila, Tim le alcanzó una de sus camisas limpias en cuanto la vio no encontrar lo que buscaba.

- ten si te quieres cubrir, pero te la quitaré en cuanto despierte - advirtió Tim señalando su entrepierna.

Renata tomó la camisa dándole un beso a Tim con cariño, solo abotono unos cuantos botones y se relajó un poco, ambos tomaron asiento en la cama para platicar un rato más sobre la fiesta y los planes del siguiente día, para pasar a besarse y acariciarse cariñosamente, Tim cumplió su palabra quedando ambos desnudos al dormir.

Renata había crecido en la granja de sus padres, estaba acostumbrada a levantarse muy temprano y hacer las labores del lugar, se había mudado a la ciudad a regañadientes para estudiar una carrera que no le importaba por qué a ellos les parecía un mejor futuro ahora que habían dejado la ganadería. Ella despertó temprano por la costumbre, aún no alumbraba el sol, Tim la tenía bien abrazada a su cuerpo, Renata lo admiraba entre las sombras de la habitación con una sonrisa en el rostro. Ellos se conocían desde chicos, más de una vez lo llevo Tomás a las juntas de ganaderos, ella era más chica que Tim por unos años, pero eran los únicos niños pequeños en el lugar por lo que rápidamente se hicieron amigos de juegos.

Renata amaba la granja desde entonces, deseaba vivir ahí por siempre entre la naturaleza y los animales, Tim odiaba la granja y mejor hablaban de otras cosas cuando se veían para no terminar discutiendo, jugaban a corretearse por el gran salón o a veces a las escondidas en los pocos lugares que nadie más conocía.

Conforme crecían veía a Tomás, paso de ser el hermano de su amigo a un chico lindo, una vez le confesó a Tim que le gustaba su hermano sin pensarlo, Tim enseguida se enojó y le dijo que él sería más guapo que Tomás y se casaría con ella a diferencia de su hermano que era un gran tonto. Renata le contesto que no quería casarse con alguien que no amará la granja y el campo comenzando una gran discusión donde al final se dejaron de hablar. Tim no volvió a ir a las juntas hasta que Tomás lo dejo a cargo. Ella siempre iba acompañando a su padre, ahora que era adulta iban a malbaratar sus reces y tierras al mejor postor, ahí volvió a ver a su amigo de la infancia, que en verdad era muy guapo. Su padre lo saludaba si se encontraban recordándolo de pequeño pero ella se escondía de él en cada ocasión, sabía que pronto se iría a estudiar a la ciudad y no se volverían a ver.

Renata acariciaba el cuerpo de Tim mientras esté dormía, él solo apretaba su abrazo entre sueños y ella disfrutaba esa calidez. Ella se quedaba con su hermana y la familia de su cuñado, le gustaba como la trataban como a otra hija, incluso Juan la celaba mucho como lo hacía con su propia hermana haciéndola sentir bastante incómoda con sus amigos y conocidos. La universidad no era lo que le llamaba a Renata, pero si notaba que había muchos chicos atractivos en el campus, por desgracia ella siempre había sido demasiado tímida, había tenido algún novio y experiencias de joven pero nada interesante en verdad. Su grupo de amigas eran chicas muy abiertas para hablar y hacer cosas que no todas las otras chicas veían correcto, le contaban de todo y la llevaban a ver el mundo que ella no conocía al haber crecido en la granja.

Pronto había sido tachada de ser una de las chicas fáciles como sus amigas, aunque ella no tenía esa confianza en sí misma para hablar o salir con chicos como ellas, Renata no tenía interés en hombres en realidad, dedicándose a pasear y divertirse con ellas, sus amigas le sugirieron inyecciones para no embarazarse por si acaso se animaba a divertirse tanto como ellas, Renata tomó la sugerencia por sí acaso pero no sabía que se le ensancharían aún más las caderas.

Renata igualmente se cuidaba mucho físicamente, sin las labores de la granja no podría mantenerse en forma, a veces tenía sexo con algún chico guapo que intentara conquistarla pero nada realmente memorable aunque algunos de ellos la seguían buscando después. Su vida se tornaba cada día más aburrida sin un verdadero motivo en su vida, una tarde veía películas con los suegros de su hermana cuando tocaron el timbre, ella fue a ver quién era para evitarles la fatiga. No podía creer que fuera Tim la persona que llamaba al timbre, se sentía muy nerviosa y emocionada solo de tenerlo enfrente, cuando le dijo que buscaba a Carol, toda su emoción se vio opacada, contesto lo mejor que pudo que no sé encontraba, él le dijo entonces que quería entrar. Renata corrió con los señores, les informo del visitante y subió a esconderse de nuevo en el cuarto, su corazón latía agitado, era realmente guapo y muy sexy, pero de seguro no la recordaba, además buscaba a Carol. Tim había ido a la casa buscando un asistente, por si conocían a alguien que pudiera cubrir el puesto ya que él no tenía más conocidos fuera de su trabajo, Renata deseaba ofrecerse enseguida pero sabía que ella no podría mantenerse enfocada en el trabajo con él a su lado, le era evidente también que él no la recordaba y ella decidió decir que no de manera tajante.

Cindy también se encontraba escuchando su propuesta de trabajo, desde que Carol se había ido pagar las cuentas no les era tan fácil, ella podía ser su asistente mientras no tuviera que meter las manos de lleno en la tierra, sabía que su hermana menor podría hacer una mejor labor pero al declinar le brindaba la oportunidad de intentarlo, Tim iba a casa de ellos diariamente, llevaba y traía a Cindy todos los días hasta que adquirió un carro para moverse por su cuenta. Tiempo después Tim comenzó a hacer preparativos para una boda junto con los padres de Carol, lo que entristeció a Renata al pensar que se casarían, hasta que supo que era para Tomás y Carol aliviando su tristeza. Renata intentaba hablarle pero su timidez la hacía ser cortante con él o evitarlo, terminaba siempre escondida viéndolo desde lejos, toda la alegría de su vida era alrededor de esos momentos cerca de él. Cindy le contaba a Renata como era Tim, lo trabajador, bromista y loco que era, intentando convencerla de trabajar para él también, sabía que la granja era el sueño de su hermanita y ahí podía ser feliz trabajando en lo que amaba pero siempre recibía una negativa a sus intenciones de integrarla en esa vida de nuevo, por lo que optó por dejarla continuar con sus estudios y su vida nueva en la ciudad.

Tim profundamente dormido soltó su abrazo y se giró hacia la pared dejando libre a Renata que agradecía la oportunidad de ir al baño. Renata se había enamorado de Tim sin siquiera notarlo, salía con otros chicos intentando hacer su vida normal, algunos rápidamente se enamoraban de ella volviéndose aún más tedioso que antes, ella sabía que no tendría oportunidad alguna con Tim si no se atrevía a hablarle pero le era muy difícil. Entonces Carol y Tomás volvieron, comenzaron a visitarlos en la casa, Renata no confiaba mucho en su hermana que la juzgaba por los chicos que iban a buscarla enamorados, con Carol apenas había cruzado palabras por lo que decidió hablar con Tomás que la conocía un poco y le daba más confianza que nadie más. Tomás como hombre veía las cosas diferente, muy respetuoso y serio, la escucho atentamente y la invitó a la boda. Renata se sintió más que incomprendida, y le dijo que no sabía si debía ir a lo que le aconsejo que fuera vestida muy sexy pues ella era muy bonita y eventualmente Tim la notaría en la fiesta intentando subirle el ánimo.

Renata compró el vestido más sexy que encontró entre todas las tiendas que visitó y se arregló para cazar a ese hombre que tanto le gustaba, esperando la oportunidad correcta, gran parte de la fiesta estuvo sentada en una mesa con familiares de Carol, mayormente casados. Un tipo llamado Raúl quiso llevarla a bailar en cuanto la vio sola en la mesa pero ella lo había visto besándose con otra chica minutos antes, así como vio a Tim bailando con su gran sonrisa a lado de una güera cuerpo de tabla. Renata deseaba irse de ahí, pero se quedarían hasta el día siguiente mínimo, fue a la barra a tomar unos tragos completamente decepcionada de no lograr que Tim la viera, al terminar su trago se dirigió al baño, pensaba marcharse después al cuarto que le habían dado. Renata salió del baño, tomó la camisa que Tim le había dado, se vistió con ella y fue a la cocina a preparar el desayuno. Él despertó, estaba solo y desnudo en la cama, creyó haber soñado con la bella morena que lo tenía loco hasta que escuchó ruido en la cocina y vio su maleta en el piso sacándole una sonrisa.

El sol comenzaba a iluminar el día y ellos ya habían desayunado y ahora Tim le agradecía cogiéndola sobre la mesa con intensidad, Renata gemía fuertemente con el pecho sobre la mesa. Tim aprovecho la posición y nalgueo fuertemente las duras y firmes nalgas de Renata que chillaba con cada azote, él recordó el vídeo de su hermano y se preguntaba si podría hacer algo así también, pero de momento solo la mordió suavemente en la espalda magreando sus lindas y rojas nalgas. Renata estaba en el cielo de nuevo y gritaba su nombre disfrutando los suaves besos y mordidas a la par de sus fuertes embestidas. Tim esperó a que Renata terminará su orgasmo, estaba decidido a intentar lo del vídeo, ese lindo trasero le provocaba demasiado. Renata descansaba acostada en la mesa mientras Tim movía cosas por la cocina, ella intento ver por sobre su hombro sin imaginar siquiera lo que él planeaba. Tim salió corriendo al cuarto y volvió con algo en la mano muy sonriente, Renata intentaba incorporarse cuando él recargo su mano sobre su espalda suavemente para que no se moviera de su posición.

- espera ahí linda, no te muevas - susurró Tim en su oído, acercando las cosas que había juntado y plantándole unos besos en el cuello acariciándola un poco al terminar de acercar lo que había dejado a su costado.

Renata confiaba plenamente en Tim, así que se quedó quieta recargada en la mesa disfrutando sus besos y caricias, él comenzó a besarla desde el cuello hasta las piernas con delicadeza, deslizando las yemas de sus dedos por todo su cuerpo muy suavemente, la calentura no lo había dejado recorrer todo su cuerpo con tranquilidad así que aprovecharía el momento. Renata estaba siendo explorada tan delicadamente, su piel se mantenía erizada con los suaves besos y roces que Tim le otorgaba produciéndole deliciosos escalofríos, él fue subiendo entre sus piernas poco a poco, encontrando los puntos más sensibles de Renata, uno justo detrás de las rodillas, otro en la cara interna de su pierna izquierda y una pequeña área justo al empezar sus nalgas. Tim mordisqueaba las duras y morenas nalgas con cierta pasión, arrancándole gemidos a ella por la experiencia, llevo sus dedos a masajear los húmedos labios vaginales de Renata mientras su boca seguía saboreando la tersa piel de su amada. Él llevo sus dedos a recorrerlos suavemente para terminar sobando su hinchado y protuberante clítoris, Tim dejo a su pesar de morderle los glúteos para seguir subiendo a besos por su espalda. Ya había recorrido su suave espalda y sabía de dos puntos sensibles más, igualmente los beso y mordisqueó como si no supiera pero poniendo énfasis en esas áreas. Renata estaba muy excitada, nadie la había explorado con esa delicadeza y paciencia.

Tim no dejaba de acariciar su clítoris y labios, humedeciendo sus dedos, llevo dos de sus dedos en las profundidades de la cálida vagina de Renata para esparcir sus jugos por el exterior, lubricando hasta sus pompas con mucho cuidado. Renata movía sus caderas intentando acercarse al duro pene de Tim que le rozaba la pierna cada tanto, pero él igualmente se movía para evitarlo con una sonrisa en el rostro. Él retiro una de sus manos para ponerse un condón con cierta dificultad pero continuaba metiendo sus dedos y mojando toda la entrepierna de Renata con sus labios postrados en su espalda.

- Hazme tuya - gimió Renata suavemente.

- espera un poco más - susurro Tim bastante excitado.

Tim entonces llevo de nuevo sus dedos al interior de Renata para sacarlos lo más húmedos posibles, deslizó suavemente su mano hasta sus nalgas y entonces empezó a introducir uno de sus dedos en su ano con cuidado. Ella estaba muy excitada, se sintió incómoda con la intromisión de Tim en su culo pero la misma excitación la motivaba a seguir adelante, relajó su cuerpo y levantó su trasero para ayudarlo un poco. Sus amigas le habían contado maravillas del sexo anal, pero ella no había tenido la confianza de dejar a alguien hacérselo. Él movía suavemente su dedo en el interior de Renata para abrir espacio a un segundo dedo, llevo su otra mano para seguir estimulándole el clítoris con un suave masaje. Tim no tenía verdadera experiencia haciendo esto pero había investigado un poco e ideado otro poco más para terminar experimentando ahora con su sexy novia. Él lograba mover su dedo con facilidad dentro de Renata y agrego un segundo sin problema alguno, ella estaba un poco incómoda pero se sentía confiaba en él que no dejaba de estimular sus áreas erógenas sin compasión. Tim pensó que era un buen momento, saco sus dedos suavemente intentando abrir espacio para lo que pensaba hacerle, Renata no dejaba de gemir con toda la estimulación. Él incorporó su cuerpo para lograr guiar correctamente su dura verga, había estado deseando hacer eso desde hace un tiempo atrás, entonces comenzó a penetrarla con mucho cuidado sin dejar de masajearle el clítoris. Renata sentía una gran molestia e intentaba relajarse y aguantar, Tim sentía un poco de incomodidad pero seguía adelante con cuidado hasta lograr entrar por completo. Él se quedó quieto un momento, abriéndole las nalgas a Renata, veía claramente como su miembro había sido tragado por ella, su pene le dolía un poco ya que era muy estrecho en realidad.

- ¿estás bien? - preguntó Tim curioso.

- es incómodo pero puedes continuar - contesto Renata muy agitada.

Tim se movió con cuidado y beso su espalda, Renata intento concentrarse en el masaje a su clítoris y caricias para relajar su cuerpo de nuevo. Él comenzó a mover sus caderas despacio, lo estrecho del lugar le comenzaba a agradar, no tardó mucho en comenzar a acelerar su ritmo poco a poco, ella comenzaba a gemir nuevamente. Tim libero su clítoris, llevo sus dedos directo a su boca para chuparlos hasta dejarlos limpios para luego llevar sus manos a los suaves senos de Renata al levantarla ligeramente de la mesa. Ella empezaba a disfrutarlo realmente, él la sujeto por las caderas aumentando su ritmo de manera frenética, Renata gritaba extasiada, confirmando que sus amigas tenían toda la razón, Tim comenzó a nalguearla de nuevo haciendo sus gritos más intensos, ambos tuvieron un fuerte y delicioso orgasmo cuyos gritos resonaron por toda la casa, él continuaba penetrándola con menor intensidad, rápidamente recuperó su erección que había disminuido un poco en su anterior eyaculación. Con cuidado saco su pene para cambiarse el condón y volver a penetrarla, Renata no se movía esperando, cuando volvió a sentirlo adentrándose en su culo, esta vez lo disfrutaba como sí de su vagina se tratará y gimió al sentirse nuevamente llena.

Tim metía y sacaba todo su largo pito una y otra vez, en verdad estaba disfrutando mucho el sexo anal, pensaba en que él no lo habría intentado nunca de no haber visto el vídeo, recordando que todavía deseaba experimentar algunas otras cosas más, razón por la cual había llevado varias cosas a la mesa. Al no estar preparado para la situación había jalado algunas verduras a la mesa, entre ellas una berenjena que le pareció la mejor opción, la había sacado del refrigerador por lo que continuaba un poco fría, la metió dentro de otro condón sin descuidar su faena hasta lograr envolverla por completo, entonces saco su pene para inmediatamente sustituirlo con el dildo improvisado ligeramente más grueso que su pene pero mucho más pequeña. Comenzó a meter y sacar la berenjena como si de su miembro se tratara en lo que se quitaba el condón con cuidado con su otra mano, Renata notó el cambio enseguida, sobre todo por lo frío del objeto, volteo sobre su hombro para ver a su hombre ocupado viendo como la sodomizaba y regreso su mirada a la mesa como si nada, Tim logro sacarse el condón y entonces decidió acariciarle la vulva a Renata con su duro miembro suavemente en lo que lograba terminar de introducirle la berenjena por completo.

Una vez logro su objetivo su excitación lo dominaba restregando la punta de su aparato un poco agresivo, Tim no quiso esperar más y con dificultad entró en la húmeda vagina de Renata sin dejar de masturbarla, sentía la berenjena entrando y saliendo por su otro orificio golpeándolo a él con cada embestida. Renata no tenía idea de que le haría algo así, mordió su labio inferior debido al dolor de ser doblemente penetrada e intentaba enterrar sus dedos en la madera de la mesa por la desesperación de no poder hacer nada más. Él dejo de mover la berenjena dejándola toda dentro del culo ahora cerrado de Renata con parte del condón asomando por ahí, ella permanecía en silencio mientras él seguía luchando por meter más de la mitad de su miembro, Tim le besaba la espalda, pellizcaba sus pezones y masajeaba su clítoris pero Renata sentía que no podía más a pesar de su excitación. Él insistió un poco más sin éxito, por lo que saco su pene para continuar estimulándola hasta que comenzaba a gemir y lubricar de nuevo con sus caricias. Solo cuando la excitación de Renata la llevo al éxtasis decidió que era buen momento para intentarlo nuevamente, entrando y saliendo de su lubricada vagina de manera violenta, ella volvía a tener esa sensación, su cuerpo no daba a más.

- Basta, ya no - gritó Renata muy incómoda.

Tim volvió a embestir y logró entrar hasta el fondo de su vagina, ambos tuvieron una extraña sensación cuando esto sucedió por lo que se quedó completamente quieto un momento, Renata sentía un intenso dolor en el vientre y tenso todo su cuerpo con algunas lágrimas en el rostro. Él dudaba de seguir al verla tan tensa, pero la sensación dentro de su cuerpo con la berenjena a un lado era indescriptiblemente excitante, él comenzó a besarla y acariciarla suavemente sin mover su miembro ni un poco. Renata quería que él se saliera de su interior pero el dolor comenzaba a pasarse poco a poco, eventualmente ella fue relajando su cuerpo cediendo ante las caricias de Tim, él comenzó a sentir las contracciones de la vagina de Renata animándolo a continuar, Tim comenzó a moverse, primero movía sus caderas muy suavemente, después ya entraba y salía de la cálida y super estrecha vagina con mayor velocidad, él no dejaba de besarla y acariciarla. Renata comenzaba a gemir suavemente de nuevo e iba aumentando conforme sus embestidas y toqueteos, Tim comenzó a pellizcarle suavemente su botón de placer y ella movió sus caderas con mayor ritmo, él se incorporó y agarro los brazos de ella que continuaban apoyados sobre la mesa, la atrajo hacía él levantándola de la mesa, ella se agarró fuertemente de su mano izquierda y él no dudo en acelerar sus embestidas de modo salvaje, propinándole algunas nalgadas con su mano libre. Renata estaba disfrutando de nuevo, gritando intensamente, se sentía llena como nunca antes y bastante excitada, Tim sentía que no podría aguantar mucho más y llevo su mano libre directamente a estimular el hinchado clítoris de Renata sin compasión.

- te amoooo Tim - gritó Renata perdida en el éxtasis de su orgasmo.

Tim sonrió y se dejó llevar, descargando su semen, hasta la última gota dentro de Renata, sintiendo su miembro volverse flácido rápidamente. Él salió de interior de ella despacio, con mucho cuidado tiro del condón que aún colgaba de su trasero sacando la berenjena del interior de su chica, lucía distinta, había perdido su forma original toda reventada, posiblemente era la extraña sensación que habían tenido cuando logro penetrarla.

- discúlpame, fui muy idiota al pensar solo en mí - admitió Tim acariciándole las nalgas y la espalda suavemente a Renata al darse cuenta de lo que había hecho.

Renata estaba muy cansada para pararse, continuaba boca abajo Tim la giró boca arriba con facilidad sin lastimarla para ver su rostro, en verdad se veía arrepentido.

- Me gusto al final - confeso Renata avergonzada.

- ¿me dejarías volver a hacerlo? - preguntó Tim entusiasmado por la respuesta de ella.

- hoy no, por favor - expreso Renata preocupada.

- ya no tengo berenjenas - declaró Tim sonriendo.

- tonto - reprochó Renata intentando sentarse aún adolorida.

Tim le ayudó a sentarse y ambos se besaban con mucho cariño hasta que ella se logró incorporar, entonces se dirigieron a tomar una ducha juntos entre besos y caricias para después arreglarse para ir a la alberca pues iban retrasados a la fiesta. Tim tenía un nuevo traje de baño, un short azul claro con barcos blancos holgado que le llegaba a medio muslo, Renata se puso un bikini azul cielo con bordes blancos y negros mostrando sus curvas. Ambos caminaron a la alberca, él la llevaba abrazada de los hombros, repartiéndole besos cada tanto sin dejar de sonreír al verla junto a él, recordando cuando le parecía inalcanzable pero además resonaban en su cabeza las palabras de Renata en la mesa, "me ama" suspiró en silencio, antes de llegar a donde comenzaba a juntarse la gente se acercó a su rostro.

 - me encantas Renata, te quiero conmigo siempre – susurro Tim en su oído.

Renata se sonrojo mucho y volteo a darle un beso en la boca. La fiesta en la alberca ya tenía un rato de haber comenzado, se encontraban la mayoría de los invitados del día anterior, algunos entraban a la alberca mientras otros permanecían en el jardín platicando y bebiendo uno de los tantos cócteles que se les ofrecían. Ambos hermanos estaban muy divertidos con el ambiente sin preocupación alguna, está vez eran ellos los que se hacían travesuras uno al otro, a sus amigos y parejas que se unían a los juegos en la alberca, todo era mejor de lo que Tim hubiera planeado. Tomás recordaba sus buenos tiempos pero está vez era mejor que entonces, con la mujer que amaba a su lado y su hermano divirtiéndose a la par, en verdad era la felicidad que siempre había deseado tener. La fiesta continúo por horas, la gente se fue retirando poco a poco, quedando solo la familia cercana, los únicos testigos de lo que guardaban las cajas de regalos antes de despedirlos para que se marcharán unos días de luna de miel. Está vez todos les decían adiós con alegría sabiendo que volverían pronto para hacer su nueva vida juntos, mientras tanto Tim aprovecharía para hacer sentir a Renata en casa una vez que fueran por todo lo que faltaba en casa de los padres de Carol.

Los novios volvieron de su idílica luna de miel sin avisar a nadie para ir a descansar en su casa, al día siguiente comenzarían su nueva vida juntos, Carol muy a su pesar acompañaba a Tomás cada mañana para ayudar en el campo aunque todos se daban cuenta que no era precisamente su fuerte, Tomás se la pasaba rescatándola a cada momento completamente distraído en ella lo que no era muy útil para su trabajo. Carol no había decidido qué hacer con su vida, se dio cuenta que no podría ayudar en la granja así que dejó de ir por su propia cuenta, sabía que no podía volver a su empleo en el banco, algo que tampoco le gustaba, así que comenzó a cocinar para todos en lo que encontraba como seguiría adelante, estando todos en el trabajo nadie más se encargaba de hacer la comida, así que ella decidió ayudar de algún modo. Renata continuaba estudiando, Tim la llevaba y traía todos los días de la universidad, ella pensaba terminar el semestre pero decidió atreverse a hablar con él al respecto antes de tomar una decisión definitiva, cada día se enamoraba más de él, sus locuras y sus momentos tiernos con ella, era más de lo que habría esperado tener en su vida. Renata no quiso esperar más tiempo, amaba a Tim, un día decidió hablar con él, quería que él supiera que ellos se conocían desde niños, que no había olvidado la promesa que él le había hecho entonces, aunque lo amaba por quién era ahora deseaba que él la quisiera por quién era ella en realidad y no solo por su actividad sexual desenfrenada y complaciente.

Cuando Tim contesto fue él quien la sorprendió, Tomás ya había hablado con él sobre Renata, recordándole su gran amistad además de su promesa de amor de la que estaba enterado gracias a un pequeño y celoso Tim que le había dejado de hablar por unos días, también se daba cuenta que a ella no le gustaba la escuela por su actitud renuente a ir o hablar al respecto de sus estudios, él la quería mucho y la apoyaría en cualquier proyecto que tuviera mientras ella estuviera feliz. Todos comían juntos, en ocasiones en la vieja casa de ellos, la mayoría de las veces en casa de Tomás, a veces invitaban a los padres de Carol e incluso a su cuñado que no terminaba de querer a los hermanos pero todos juntos en familia, disfrutando la gran familia que eran ahora. Eventualmente Tim sugirió a Carol que incursionar en un negocio nuevo, él no tenía mucho tiempo para desarrollarlo con todas sus ocupaciones, además del tiempo que pasaba con su amada novia, la idea era rentar el terreno para fiestas, ella lo podría mostrar y si deseaba cocinar los banquetes entre otras labores en base a esa idea, a lo cual acepto de inmediato. Carol se mantenía bastante ocupada y feliz con su nueva responsabilidad, sin saberlo había encontrado su vocación, dándole uso a uno de sus cuartos que volvió su oficina principal, ella hablo bien con Tim ya que el negocio era prácticamente de ambos, moviendo el salón de eventos a las tierras más cercanas a la carretera, buscando el mejor descampado para hacer ahí el salón de eventos al aire libre que cualquier pareja desearía con su pequeña capilla, baños apropiados, gran cocina y una gran alberca todo entre hermosos y frondosos árboles florales y campos de ensueño, sin olvidar su pequeña oficina, dónde ella trabajaba cuando no se encontraba haciendo la comida para toda su familia.

Eventualmente la granja fue administrada por Tomás, Cindy, Renata y Tim que se sorteaba entre trabajar con Carol y los campos con los demás pero todo era ahora mucho más relajado al ser tantas manos ayudando. Cuando Tim se encontraba con Renata no le importaba en qué parte se encontrarán, primero buscaba un buen lugar para esconderse de cualquier curioso que pudiera verlos, para hacerle el amor o coger desenfrenadamente según el tiempo y deseo de ambos para después trabajar de lleno, a veces la buscaba a propósito porque pensaba siempre en ella, no solo porque la deseará. Amaba tenerla a su lado cada mañana, dormir abrazados y esa timidez para decirle las cosas cuando su cuerpo denotaba otra, solo ella entendía sus bromas y tiraba de su oreja cuando se lo merecía, definitivamente era algo nuevo en su vida, algo que disfrutaba, no quería que se acabará pronto porque caía en cuenta que la amaba también.

Carol pasaba la mayor parte del tiempo en la cocina del salón de eventos, dónde sus amigos y familia sabían que la podían encontrar e incluso visitaban para charlar, era tan organizada en el salón y sus eventos que casi nadie creía que fuera la misma Carol mala suerte de antes, ponía tanto empeño en tener la comida y llevar el salón de eventos que olvidó la fecha exacta para cambiar su implante, para cuando lo recordó estaba embarazada. Tomás y ella no se lo esperaban, se encontraron aterrados en un inicio pero sabían que algún día podría pasar, ahora que eran tan felices con una gran familia que se reunía casi a diario era un buen momento para agrandarla, todos los demás en cambio se alegraron de inmediato con la noticia. Tim al escuchar la buena nueva se armó de valor para hacer algo que ya tenía rato pensando, hablo con su hermano y algunos chicos de su personal que le ayudaron a entrenar a los animales, en esos días Cindy también hizo saber que esperaba también por lo que tuvieron que excluirla de todo trabajo físico de inmediato.

Tim logró su cometido habían trasquilado parte del ganado y logrado hacer que se acomodaran en cierto orden para hacerle la pregunta más importante de ese hermoso día en el que desde que despertaron la lleno de detalles, regalos florales y besos tiernos, le pidió matrimonio a Renata a mitad del campo, ella acepto enseguida con una condición, no quería nada ostentoso o a lo grande como había sido la fiesta de Carol, así que hicieron algo completamente familiar, donde anunciaron a su primer hijo que venía en camino también. Al estar las chicas fuera de todo peligro pasaban la mayor parte del tiempo juntas, ya que los pequeños nacerían con pocos meses de diferencia, Cindy extrañaba mucho estar en el campo, pero su vientre abultaba más que el de Carol o Renata, era agradable para las tres salir juntas y comentar cosas de madres primerizas. Tamara y Raúl tenían una relación extraña donde tronaban y volvían una y otra vez, cada vez que pasaba iba con Carol a llorar sus penas y recibir ayuda de las tres embarazadas, Margarita se casó con James casi cuando Carol estaba a punto de aliviarse pero ambos fueron a felicitarlos y bailar un rato, Cristina se hizo de un nuevo novio que si estaba con ella en las fiestas y le quería como sus amigas siempre le habían dicho que debían quererla, Cecilia se quedó con el trabajador de Tim y se llenaron de niños hermosos.

Carol tuvo una niña a la que amaban mucho, Tomás difícilmente dejaba que alguien cargará a su linda nena con la que deseaba estar todo el día, mes y medio después Cindy tuvo un par de gemelos y se operó para no tener más, ya que cuidar a los gemelos era demasiado para ella, dos meses después Renata tuvo a una niña idéntica a Tim, ambos eran muy felices siendo padres lo que hizo que Tim decidiera modificar un poco la casa mudándose al cuarto cerrado que mandó a renovar por completo. Renata no deseaba separarse de su pequeña, ni darle la responsabilidad a alguien más como en el caso de Carol que tenía a una chica que le ayudaba, hablando con Tim decidió cuidar a su pequeña junto a sus primos, así estarían todas cerca de sus bebés, dejando el cuidado de la granja a cargo de los demás. Carol y Tomás seguían en sus aventuras sexuales con otro implante hasta que volvió a pasarles lo mismo y ella se operó para no tener más, amaban a sus pequeños pero no le dejaban mucho tiempo para ellos y sus travesuras. Tim y Renata no tenían problema alguno con los niños, ambos los amaban tanto que cuando los primos no estaban en casa se llegaban a sentir solitarios por lo que no tardaron en tener más, cuando Carol se operó ellos ya tenían tres niñas más, al final Tim y Renata tuvieron que adaptar la casa para sus 5 hijas y su pequeño príncipe como cariñosamente le decían. Carol y Tomás se alegraban de haber tomado todas sus malas decisiones solo para estar en esos fines de semana con todos reunidos, platicando tranquilamente, enseñando a los niños a nadar o verlos haciéndose travesuras.

 

 

 

 

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