EJERCÍCIO (parte 9)

EJERCÍCIO (parte 9)

Mar 15, 2021

Tomás se acercó a la maleta, vio todo el interior con cuidado y mucho detenimiento mientras tragaba saliva en silencio aún bastante preocupado, notó un bolsillo que no se veía a simple vista y metió la mano por curiosidad, dentro había una bolsa de papel que contenía un CD, lo saco de la bolsa para verificar que fuera eso, decía "ópera" con marcador y se vieron uno al otro bastante sorprendidos. Tomás pensó rápido, en la sala tenían el reproductor de CD, Carol lo siguió de cerca, prendieron los aparatos, metieron el CD y esperaron a que cargará la imagen bastante impacientes, Tim había instalado bocinas en el techo para mejorar la experiencia de ver películas, el vídeo era de ambos en el motel, después que los dejo Luis cuando se reencontraron, la grabación empezaba desde que él se desnudaba en su intento de baile erótico, Tomás se sentó en la sala sin perder detalle, Carol no podía creer lo que veían, él adelantaba el vídeo sin dejar de prestar atención, habían sido grabados desde diferentes ángulos, con algunos acercamientos incluso, también se veía lo que hicieron en el baño y como al final Carol se llevaba los juguetes.

Ambos estaban callados y sorprendidos, Tomás apagó la tele, quería volver a verlo pero su cabeza estaba llena de preguntas. Carol se sentó en el sofá y comenzó a reír a carcajadas bastante nerviosa, Tomás la vio extrañado sin entenderla y se acercó a ella.

- lo siento mucho - manifestó Carol llorando un poco sin dejar de reír. Tomás la abrazó y la llevo a su pecho con ternura - debí saber que haría algo así - expreso Carol llorando con intensidad.

- me gusta, habría querido grabar muchas otras ocasiones - confesó Tomás con una sonrisa.

Carol limpió su rostro y veía a Tomás - ¿lo dices en serio? –

 - sí, no me lo esperaba, me enfado al principio pero es muy excitante vernos - reconoció Tomás sonriendo picarón.

Carol se sonrojo por completo - de todas formas lo mataré por hacernos eso - lo abrazó de nuevo.

- Necesitamos unas cámaras, y una televisión con reproductor en el cuarto - dijo Tomás pensativo. Carol no podía creer que él lo tomara tan bien, y menos escucharlo decir que necesitaban unas cámaras. Tomás la abrazó fuertemente y olió su cabello - te amo Carol –

- te amo Tomás - respondió Carol abrazada a él.

- quede de vernos con unos amigos hoy, vamos para que los conozcas - recordó Tomás sonriendo.

- está bien, pero debo cambiarme – afirmó Carol incorporándose.

Ambos subieron al cuarto, Tomás cambio sus botas por un par de tenis blancos y su jean sucio de las piernas por otro limpio, se dejó la camiseta negra que traía y se puso una camisa azul marino de mangas cortas encima. Carol se puso ropa interior con un vestido fiusha ajustado a su cuerpo, Tomás la vio y recordó algo en la maleta, fue inmediatamente a buscarlo y lo llevo a donde Carol.

- ven, quiero probar esto - expresó Tomás sonriendo con un huevo rosa en su mano.

- ¿qué es eso? - dudó Carol tocando el huevo, era suave al tacto pero duro por dentro.

- ven, lo pondré donde va - explicó Tomás sonriendo picarón.

Carol se dejó hacer, Tomás le levantó el vestido y bajo su bikini con suavidad, deseaba besarla y lamerla para lubricar lo suficiente pero solo suspiro y metió sus dedos entre sus piernas con cuidado. Carol comenzó a gemir suavemente abriendo sus piernas para ayudarle, Tomás la guío hacia una banca que había en el vestidor, la sentó y siguió acariciándola suavemente, pellizcaba sus labios como lo haría con su boca si pudiera. Carol se recargo en la banca disfrutando lo que le hacía, Tomás había limpiado el pequeño huevo antes de mostrárselo, decidió comenzar a darle uso, restregó la punta del mismo en los labios mayores y menores de Carol, lo pasó con cuidado en su canal hasta su ano y volvió hasta casi tocar el clítoris ya inflamado de Carol. Tomás siguió pellizcando suavemente sus labios para después concentrarse de lleno en su clítoris, lo sobo despacio con el huevo, después lo apretó un poco sobre el, y lo llevo a sus labios ahora con sus dedos masajeando su clítoris. Carol estaba muy excitada, había comenzado a lubricar un poco, Tomás mojo la punta del huevo en sus flujos y los esparció por toda el área, sus dedos resbalaban alrededor de su clítoris y comenzó a pellizcar un poco más fuerte.

Tomás uso el huevo para masajear alrededor de la vagina y con mucho cuidado lo metió dentro de ella, haciéndola gemir más fuerte. Tomás sabía que debían parar o no llegarían a la cita y tampoco podría probar el juguete de continuar, así que terminó de meter el huevo en su interior para después lamerse los dedos y comenzó a arreglarle la ropa de nuevo.

Carol lo vio algo molesta, - ¿lo dejaras ahí? - preguntó acomodándose para intentar sacarlo sin éxito.

- sí, ahí se quedará hasta que volvamos - aseguro Tomás sonriendo, sabía que ella no estaba para nada feliz. Carol se terminó de acomodar la ropa, era incómodo tener el huevo ese en su interior, pero le podía más el enojo con Tomás por no terminar. Carol tomó su bolso con enfado, ambos salieron de la casa sin hablarse, él no dejaba de prestarle atención a Carol con una sonrisa pícara, sabía que iba muy enojada en ese momento pero valdría la pena hacerla sufrir un poco. Tomás condujo directo al bar donde había quedado de verse con sus amigos sin dejar de sonreír al ver a Carol cada tanto, aunque continuara enfadada, estacionó lo más cerca del lugar posible, Carol no quiso hablar con Tomás en todo el camino, el huevo le producía incomodidad todo el tiempo pero cuando pasaban un tope o desnivel sentía una sensación muy extraña y placentera, pero no por eso cambiaria su actitud para con él.

Ambos bajaron de la camioneta, Tomás la ayudó a bajar con cuidado, ella aceptó de mala gana, lo veía diferente pero con cierto enfado. Él la tomó de la mano para caminar directo al bar, el sol empezaba a bajar, el bar era abierto a la calle, algunas mesas altas con bancos estaban repartidos en la acera, dentro estaban sus amigos con una chica tomando unas cervezas, el lugar estaba medio lleno.

- Hola, ¡Tommy! - grito Raúl muy efusivo agitando su mano en alto al ponerse de pie.

- Hola vato, creí que no llegarías - expreso James soltando a la chica para saludar también al verlo acercarse a ellos.

- Siento la demora, tenía que poner algo en su lugar - aseguró Tomás sonriendo.

- ¿qué te pasó vato? - preguntó James preocupado al verle el labio roto.

- ella es Carol, mi futura esposa - soltó Tomás de golpe, sorprendiéndolos a todos.

- ¿te casas? - dudó Raúl muy sorprendido.

- sentémonos a platicar, ella es Margarita, mi hermosa novia - expreso James orgulloso presentando a la chica.

- mucho gusto - saludo Margarita, una morena de 1.63, en zapatillas altas de tacón delgado, usando un vestido con diseño colorido de tirantes muy delgados, senos pequeños y caderas anchas.

- mucho gusto - saludo Carol besando a todos en la mejilla.

- yo soy James y este es Raúl - aclaró James a Carol.

- éramos admiradores de Tomás hasta que nos hizo el honor de volverse nuestro amigo - sonrió Raúl orgulloso.

- ¿qué van a querer? - preguntó un mesero inoportuno, un chico atractivo de 1.87, delgado, con barba de candado y cabello ligeramente largo.

- ¿qué tienes además de cerveza? - consultó Tomás pensando en Carol.

El mesero les mostró la carta, Carol pidió una piña colada y ellos unas cervezas más, el mesero no dejaba de ver a las chicas sin mucho disimulo pero ellos no le prestaban atención. Tomás puso sus llaves en la mesa, tenían un llavero nuevo con algunos botones pequeñitos. Carol lo vio y continuó en la charla sin darle mucha importancia.

- pasamos años admirándolo e intentando que nos hablará – contó Raúl contento.

- nunca pensé que saldría a beber con nosotros, vaya cosas – recordó James sonriendo muy alegre.

- ya les dije que pensaba que ustedes eran pareja - bromeo Tomás sonriendo.

- ni me lo recuerdes - contesto James sonriendo - lo mismo pensé ese día en los vestidores hasta que noté a la fierecilla -

- ¿fierecilla? - cuestionó Margarita curiosa.

Tomás quería evitar hablar de ello, carraspeó nervioso en lo que agarraba sus llaves por los nervios, apretando un botón del pequeño control sin quererlo. Carol grito repentinamente debido a una extraña sensación en su vientre - aaahhh, también quisiera saber ¿quién es la fierecilla? - dijo Carol sonrojada y con cierto celo, al escuchar Tomás sonrió y se relamió los labios recordándole el malestar de su labio sin contestar, sonreía con travesura sonrojándose al recordar a la fierecilla de la que hablaban.

 - tú siempre tan imprudente - reclamó Raúl dándole un golpe a James.

- lo siento, lo siento, una disculpa señoritas - beso la mano de Margarita - mi amigo Tomás llegó un día con el labio roto, pensamos que se había peleado con un cliente por unos rumores en el trabajo - aclaró James interesando a las chicas.

Tomás apretaba otro botón haciendo que Carol se reacomodara en su asiento cuando les llegaron las bebidas, está vez lo hacía con toda la intención de distraerla, Carol le dio un gran trago a su bebida y pidió otra a señas, intentando acallar sus gritos por las sensaciones en su vientre.

- Tomás dijo que no recordaba donde se había roto el labio pero no había sido en la pelea, después nos encontramos en las regaderas, ambos estábamos semi desnudos, ahí noté su espalda arañada y unas mordidas en su pecho, por eso le dije fierecilla a quien lo había marcado - expuso James sonriendo.

 - una gata salvaje - aseguro Margarita pensando en voz alta.

- ¿enserio? - dudó Carol con poca voz y viendo a Tomás con molestia.

 - ¿y supiste quién era? - cuestionó Raúl intrigado.

- quise verlos para invitarlos formalmente a nuestra boda - declaró Tomás oprimiendo otro botoncito antes de sacar las invitaciones y entregarlas. Carol sentía un orgasmo venir, el huevito había estado vibrando durante un buen rato y ahora sentía además demasiado calor venir de el o de su vientre que no podía más. Carol miró intensamente a Tomás y agarro su mano fuertemente mientras daba un trago a su bebida intentando acallar su boca, en lo que apretaba los ojos con intensidad.

- nos conocimos en el gimnasio - contesto Tomás muy sonriente.

- pero eso está prohibido vato, ¿cómo le hicieron? - consultó James curioso.

- Él fingió no estar interesado en mí por mucho tiempo - declaró Carol sonriendo con un tono de molestia.

- vaya, yo no podría fingir si viera a mi chica en el trabajo - expresó James besando la mejilla de Margarita.

- la verdad yo no podría fingir algo así - aseguró Raúl pensativo.

- ¿cómo te convenció de lo contrario? - indagó Margarita a Carol levantando una ceja.

- me aleje de él, cambie de entrenador primero, después simplemente me fui y tuvo que ir a buscarme a otra ciudad - explicó Carol orgullosa y aguantando otro suave orgasmo.

- muy buena esa chica - manifestó Margarita con una gran sonrisa de orgullo - esperó que lo hicieras rogarte - finalizó, a lo que ellos la vieron seriamente algo sorprendidos por su respuesta.

- tuvo ayuda de un amigo mío - contesto Carol frunciendo el rostro de placer, todos lo interpretaron como otra cosa excepto Tomás.

- que mal amigo chica, tú llámame y entre las dos lo ponemos en su lugar - afirmo Margarita guiñándole un ojo.

- y ustedes ¿cómo se conocieron? - cuestionó Tomás a Margarita y James.

- yo soy bailarina profesional, James fue a tomar unas clases para una de sus exnovias, me gustaba pero no me gustan los mujeriegos – declaro Margarita sin tapujos.

 - te juro que no era mi novia, nunca he sido mujeriego amor mío - dijo James con cierta preocupación.

- me rogó por un año, cuando supe que en verdad no había otra entonces lo acepté, pero no tiene nada seguro aún - continuo Margarita bebiendo un poco de su vaso.

Raúl solo reía al escucharlos hablar, se alegraba de no tener novia, evitándose todos esos problemas.

- ¿le perdonaste a la fierecilla? - cuestionó Margarita a Carol curiosa.

- no éramos nada entonces, yo salía con alguien más en ese tiempo – aclaro Carol sonriendo.

- ¿sería otra clienta? - preguntó James pensando en voz alta.

Raúl atinó a darle un golpe a su amigo por imprudente.

- solo sé que tome mucho por verla con otro hombre - contesto Tomás apagando el huevito con cierta tristeza al recordarlo.

- si me disculpan, ahora vuelvo - anuncio Carol poniéndose de pie, Margarita se paró para acompañarla y ambas se retiraron al fondo del local.

- cómo eres idiota James - aseguró Raúl en cuanto ellas se alejaron lo suficiente para no escucharlo.

- no sé preocupen, Carol sabe todo sobre mí, está un poco molesta conmigo hoy - expresó Tomás con una sonrisa traviesa.

 - lo siento vato, creí que solo lo había pensado - justificó James dándole un trago a su cerveza mientras ladeaba la cabeza por su error.

- le daré sus números a mi hermano, quiere hacerme una despedida de soltero, solo no hablen de la fierecilla en la fiesta porque podría estar mi cuñado presente – advirtió Tomás sonriendo travieso.

- ¿le tienes miedo? - interrogó Raúl interesado en su respuesta.

- no, el tipo en verdad me odia, quiero estar en paz con él - manifesto Tomás serio.

- no volveré a hablar de la fierecilla - declaró James sonriendo.

- ¿y que te paso en la boca? - preguntó Raúl.

- un extraño accidente, no sé explicarlo, ni yo lo entiendo, solo paso - dijo Tomás bebiendo su cerveza para evitar hablar más al respecto.

Carol y Margarita entraron al baño, el mesero que había estado atendiendo su mesa  no perdió la oportunidad de verlas minuciosamente muy descarado, el lugar se encontraba casi lleno, ellas no se fijaron en él, ni se dieron cuenta de su mirada entre el bullicio y las miradas de algún otro comensal interesado en verlas, Carol estaba concentrada en quitarse el huevito, entro directo en uno de los sanitarios ya que estaban vacíos para su suerte, pero por más que intentaba no lo lograba sacar de su interior. Margarita igualmente paso al sanitario, salió antes que Carol y esperaba por ella arreglándose el cabello frente al espejo para volver juntas a la mesa, cuando vio en el reflejo como un hombre entraba al sanitario, Carol continuaba distraída y encerrada dentro del cubículo.

- Hola mamita, ¿quieres acción? - cuestionó el mesero cubriendo la puerta con su cuerpo.

- no, vete de aquí, mi novio está afuera - gritó Margarita molesta con el tipo y su actitud.

- se nota que lo deseas, tú y tú amiguita solo quieren que les den duro, yo tengo lo que necesitan - anunció el mesero acercándose más a Margarita,

Carol escuchaba desde el cubículo, saco su celular de la bolsa, llamando a Tomás en lo que acomodo su ropa para salir a ayudar a Margarita. Tomás extrañado de ver quién le marcaba contesto el teléfono con curiosidad

- aléjate de mí, ¡Carol ayuda! - grito Margarita.

- ¡ven acá perra! - exclamó el chico haciéndola gritar de dolor.

- ¡déjala! - grito Carol saliendo del cubículo de golpe.

Tomás se paró muy enojado y sin decir nada fue directo al baño, asombrando a todas las personas presentes en el sitio, una vez entró vio al mesero tirando del cabello de Margarita a quien tenía apoyada en la pared y con otra mano tirando del brazo de Carol que forcejeaban por entrar al cubículo del excusado, Tomás saltó hasta llegar al mesero, lo tomó por la espalda desprevenido y logró separarlo de ellas en ese tirón dándoles a ambas un brusco jalón.

- déjame, les daré lo que tanto andan buscando estas perras - declaró el chico intentando pelear con Tomás.

James y Raúl se asomaron al baño sin saber que sucedía dentro, cuando vieron al mesero y su intención de jalonear a las chicas no dudaron en ayudar a Tomás para sacarlo del baño entre los tres sin golpearlo. Afuera la multitud se aglutinaba en las cercanías del sanitario para averiguar lo que sucedía dentro, todos en el bar se dieron cuenta de que el mesero salía forcejeando con los tres musculosos que si habían visto entrar, alguien llamo a la policía en cuanto vieron a Tomás ir enojado al baño de damas, estos no tardarón en llegar al sitio, al ver a los tres musculosos forcejeando con el mesero comenzaron a llevárselos a todos ellos, antes de averiguar el incidente, Carol salió del baño corriendo en cuanto escucho las sirenas de la patrulla logrando evitar que los arrestaran.

El barman también salía a hablar con los policías, conocía al mesero e intentaba averiguar qué había pasado, cuando escuchó a Carol se disculpó con ella ya que no solía ser así, era la primera vez que hacía algo de ese tipo, él solo había provocado problemas menores muy recientemente, pero igualmente se lo llevaron al ver al mesero tan alterado, el barman se disculpó con todos los clientes, sobre todo con los agraviados por lo sucedido. Margarita continuaba muy asustada, aún escondida dentro del sanitario, en cuanto la policía término de hablar con ellos Carol se apresuró a buscarla, ya que no la veía junto a ellos, el chico le había roto un tirante del vestido en el forcejeo, Carol intentó calmarla pero Margarita solo deseaba irse de ahí, Carol le informó a James que no dudó en sacarse la playera que usaba mostrando su torso trabajado para dársela a Carol y así cubrir a Margarita, pagaron la cuenta y se despidieron por el momento.

Todos quedaron en salir de nuevo dentro de unos días, de ser posible antes de la boda, con lo sucedido Carol había olvidado su enojo con Tomás y de cierta manera el huevito en su interior. Ella estaba muy pensativa, Él los llevo a casa de los padres de Carol, tal vez eso le ayudaría a olvidarse un poco de todo lo demás, sus suegros estaban tan emocionados con la boda, que les contagiaba esa alegría, les gustaba tenerlos tan cerca de ellos y poder ayudarles a realizar el evento. Tomás empezaba a sentirse bien con la familia de Carol, era la primera ocasión que estaba cómodo ahí, ese día se encontraba Renata la hermana menor de Cindy, después de que Carol se fugó ella vivía con ellos mientras estudiaba, Tomás la conocía por su padre, habían cruzado palabras en más de una ocasión hacía varios años atrás por lo que platicaba cómodamente con ella también.

Renata era morena oscura de 1.70, caderas anchas, ojos verdes, buen tamaño de senos, una cintura pequeña, cabello ondulado, labios gruesos y carnosos, no temía mostrar su figura, pero algo tímida. Renata siempre había confiado en Tomás, lo conocía desde que era una niña, le confesó entonces que sentía algo por Tim pero al ser demasiado tímida para acercarse a él, no sabía cómo acercársele o llamar su atención. Tomás la invitó a la boda, no creía ser capaz de ayudar en más pero tal vez Carol podría ayudarla, Tomás había dejado sus llaves en la mesa al llegar, se habían estado moviendo por la casa olvidándose de ellas, Cindy curiosa como siempre vio las llaves en la mesa y las veía con atención, le llamaba mucho la atención el pequeño control y antes de preguntar apretó uno o dos botones. Carol sintió el cosquilleo interior de nuevo, de inició se sorprendió y casi grita al sentirlo pero solo volteo a ver a Tomás que platicaba con Renata alegremente, "fingiendo de nuevo que no hacía nada" pensó ella con malestar.

- Hey Tomás, ¿para qué es esto? - preguntó Cindy apretando otro botoncito del control y acercándose a él. Tomás abrió los ojos sorprendido y volteo a ver a Carol que había ocultado su rostro entre sus manos para aguantar las sensaciones en su vientre.

- gracias por encontrarlas, no vaya a olvidar mis llaves - señaló Tomás sonriendo nervioso mientras las tomaba en sus manos.

- claro, pero ¿para qué es? - reafirmó Cindy entregándoselas en la mano.

- aún no se bien cómo funciona - explicó Tomás apretando el botón de apagado.

Carol seguía cubriendo su rostro en la misma posición, su madre le hablaba muy preocupada por su repentina reacción pero ella seguía en su mundo.

- debe estar cansada Doña Sarah, fue un día muy agotador - advirtió Tomás dejando a Renata y Cindy atrás para ir con Carol. Tomás tocó el hombro de Carol suavemente pero ella seguía en esa postura - amor, vamos a descansar en casa - sugirió Tomás nervioso.

Carol se incorporó - tienes razón amor - dijo Carol lo mejor que pudo y se despidieron de su familia sin más.

Tomás conducía de nuevo, Carol estaba muy callada pero con una sonrisa, Tomás intentando hacerle platica le comento sobre Renata, sus sentimientos por Tim y que la había invitado a la boda para ayudarla, Carol solo lo veía y volteaba a ver el camino sin opinar al respecto. Llegaron a casa, él se sentía culpable por lo que pasó en casa de ella, Carol fue directo al cuarto, mientras Tomás sirvió un poco de leche para tragar los medicamentos que debía tomar y subió con cautela. Entró al cuarto, imagino que Carol continuaba molesta, pero ella le hablo desde el clóset amablemente pidiéndole que se diera un baño, él obedeció sin cuestionarla y ella aprovecho para tomar el control remoto del juguete. Carol también había sacado algunos juguetes de la maleta, los tenía envueltos en una toalla, acomodó las cosas que usaría en la recámara, a la vista solo dejo unas esposas y espero sentada en la cama con un conjunto semitransparente en color negro, unas flores cubrían apenas las areolas de sus senos. Tomás salió solo con la toalla en la cintura, vio a Carol que escondía las esposas en su espalda, estaba embobado admirándola, ella se acercó y lo beso en el pecho y subió hasta su boca sin tocar su labio lastimado.

Tomás quiso abrazarla a su cuerpo cuando ella le puso la primera esposa en una mano, él sonrió - ¿estoy arrestado oficial? - preguntó juguetón.

- solo siéntate en la silla - ordeno Carol señalando la silla fiusha que había movido cerca de la cama.

Tomás la vio y se sentó, llevo sus manos atrás permitiéndole que ella lo esposara bien, Carol tomó otro par de esposas y lo aseguro a la silla, algo que él no se esperaba pero seguía sonriendo picarón.

El escritorio de Tomás estaba detrás de la silla donde había esposado a Tomás, Carol saco la toalla de su escondite, desplegó la toalla con una malvada sonrisa pensando con cuál empezar, decidió tomar un antifaz y cubrirle los ojos a Tomás quién sonreía travieso disfrutando el momento, después ella le quitó la toalla con cuidado, dejándolo completamente desnudo, el pene de Tomás comenzaba a tener vida mientras su respiración se agitaba poco a poco por la situación. Carol escogió una varita con plumas negras y suaves en la punta con la que recorrió el cuerpo de Tomás lentamente haciéndolo gruñir entre dientes, después agarro otra varita que tenía en la punta un pedazo de cuero suave y flexible que igualmente uso para acariciarle todo el cuerpo muy despacio, desde sus brazos hasta su pecho, acarició lentamente su rostro y bajo hasta sus piernas y pies, volvió a subir por las piernas y acarició su dura verga excitada con cuidado.

Tomás estaba muy excitado, no imaginaba que ella le haría algo así, él siempre había sido el que tenía el control de toda la situación, planeaba hacerle algo similar desde que vio el contenido de la maleta, entonces Carol le dio pequeños golpes entre las piernas, para que las abriera. No tenían más esposas, fue al clóset por un par de cinturones que uso para atarle las piernas a las patas de la silla, Tomás solo negaba con la cabeza mientras sonreía con la respiración agitada imaginando tantas cosas, Carol tomó un anillo vibrador y con cuidado se lo puso a Tomás dejando el lado del vibrador sobre sus testículos.

- tengo que sacarte el juguete amor - recordó Tomás seguro de que ella se sentaría en él.

- no te preocupes cariño, lo harás cuando yo decida - indicó Carol preocupando un poco a Tomás con su respuesta.

Carol agarro un látigo pequeño, perfecto para sus manos, el cuero de los flecos era suave y colorido, lo pasó por la piel de Tomás erizándolo conforme lo acariciaba.

- ¿lograste probar el juguete? - cuestionó Carol acariciándole el cuerpo con los flecos suavemente.

- algo así, no pude usarlo como quería - respondió Tomás agitado.

- ¿cómo querías usarlo? - preguntó Carol curiosa.

- deseaba seguir jugando otro rato más para después cogerte en el baño del bar - contesto Tomás bastante deseoso de ella.

- ¿por qué lo prendiste en casa de mis padres? - interrogó Carol azotándole el brazo derecho repentinamente.

Tomás sintió el ardor en la piel e hizo cara de molestia, - no fui yo amor –

- ¿quién fue entonces? - dudó dándole otro azote ahora en el pecho, haciéndolo gruñir fuertemente del ardor.

- creo que tú cuñada, deje las llaves en la mesa y ella las agarro - explicó Tomás esperando otro azote.

- ¿dejaste tus llaves en la mesa? - demandó Carol enfadada y le dio con los flecos en ambas piernas.

- lo siento cariño - pidió Tomás temiendo por su pene.

- ¿quién es la fierecilla? - preguntó Carol volviendo a golpearlo ahora en su brazo izquierdo.

- no fui yo cariño, en ese entonces no sabía que tú y yo habíamos hecho el amor - contesto Tomás muy incómodo con los ardor en su piel.

- ¿hecho el amor?, me obligaste, me cogiste como nunca antes en mi vida - declaró Carol más calmada.

- pero yo no lo recuerdo amor, yo nunca te pondría un apodó cariño - reconoció Tomás agitado y expectante.

- ¿volverás a emborracharte alguna vez? - cuestionó Carol soltando el látigo en la mesa.

- solo si tú no me quieres contigo - contesto Tomás honesto.

- eso no pasará nunca - declaró Carol tomando otro anillo de la mesa.

Carol fue directo al pene de Tomás que había comenzado a bajar por los azotes, comenzó a lamerlo y chuparlo con pasión, él se asustó al principio sin saber que le pasaba para después gruñir y gemir de placer ante el trabajo oral de Carol, ella metía y sacaba el pito entero de su boca, en una de esas lo soltó y metió el nuevo anillo y siguió comiéndole el pene con intensidad. Tomás sintió la presión de ambos anillos en su miembro, Carol movió el segundo y aprisionó sus testículos también, era una sensación extraña para él pero no del todo desagradable. Carol continuó lamiendo otro poco, tenía el control del huevito en su mano y lo había prendido desde que empezó a chupar, estaba muy mojada para ese momento. Se separó de Tomás para traer un lubricante, lleno su trasero con cuidado y después embadurno la dura y venosa verga de Tomás. Él sintió lo frío del lubricante y después sintió el calor del cuerpo de Carol acercándosele con cuidado, ella apagó el huevo un momento en lo que se sodomizaba a sí misma. Apoyo sus manos en las piernas de él y bajo sus caderas, con una mano se ayudó a guiarlo a su destino y comenzó a bajar poco a poco sobre de él. Tomás estaba disfrutando la experiencia, Carol se relajó y se dejó caer sobre el vientre de él, ambos gimieron cuando entro por completo dentro de ella.

- ya me hacías falta - gimió Tomás agitado.

Carol giró su cuerpo como pudo y le quitó el antifaz, ella portaba solo la ligera bata, sus nalgas estaban sobre de él, entonces Tomás se dio cuenta que estaba en su cola. Carol se apoyó en las piernas de él y comenzó a subir y bajar en el vientre de Tomás, el vibrador que él tenía le daba otra sensación pero igualmente prendió el huevo sorprendiéndolo de nuevo. Tomás estaba disfrutando mucho, no podía creer que su mujer fuera tan pervertida, la amaba cada día más, ahora debía pensar en otras perversidades que la hicieran gritar pensó para sí con satisfacción. Carol arremetía duramente contra su culo, estaba realmente excitada pero necesitaba sentir las manos de él recorriéndola como siempre, continuó hasta terminar su orgasmo, intenso y delicioso, el sonido de sus fluidos sobre el vientre de Tomás resonaba por el cuarto junto a sus gemidos de placer. Ella termino de disfrutar su gozó para después ponerse de pie de golpe, lastimándose un poco en su movimiento brusco. Camino a la espalda de Tomás lo mejor que pudo y soltó solo las esposas que lo mantenían sujeto a la silla ante la mirada curiosa de él. Carol volvió a su posición anterior y nuevamente guío el duro pene a su culo, está vez ella sola se estaco en dos sentones todo el largo mástil.

Tomás logro llevar sus manos adelante con un poco de dificultad por la postura tras el respaldo de la silla, acariciaba por pocas la espalda de Carol sobre la ligera ropa, ella se relajó y echo su cuerpo hacia atrás, él aprovecho y paso sus manos al frente de su cuerpo, comenzó acariciándole el estómago y bajo sus manos lo mejor que pudo intentando llegar al clítoris de Carol pero ella no se lo permitía cerrando sus piernas. Tomás entonces subió sus manos por el suave cuerpo de ella recorriendo su vientre y estómago hasta llegar a los pechos apenas cubiertos por la semitransparente ropa donde libero sus pechos y comenzó a masajearlos cariñoso. Carol quería más, y se daba con toda su habilidad en el culo una y otra vez, Tomás apretujo los senos de Carol y pellizco sus pezones fuertemente al notar su acelerado vaivén.

- aaaahhh así amor - exclamó Carol agitada.

Tomás la recargo bien a su pecho y volvió a pellizcarle los pezones con fuerza, Carol se estremeció toda y se volvió a venir profusamente sobre él. - déjame sacarte el juguete amor, quiero sentir tú vagina también - susurró Tomás en su oído.

- hoy solo te daré mi culo de castigo - respondió Carol agitada.

Tomás sonrió aunque deseaba hacerla suya por completo, Carol se volvió a levantar, él alzo sus manos para permitirle moverse libremente, está vez ella se movió suavemente y se colocó frente a él, que sonreía disfrutando verla darse gusto. Ella se abrió de piernas y comenzó a sentarse sobre él, tomó el pene de Tomás y lo llevo a su ano, con cuidado volvió a bajar sobre el empapándose de nuevo mientras él la veía gozar sentirlo dentro de sí. Tomás bajo sus brazos y los paso sobre ella para acariciarle la espalda, Carol saco los suyos sobre los brazos de él para apoyarse en sus en sus hombros, él magreaba su trasero a placer permitiéndole penetrar mejor. Ella comenzó a cabalgar de nuevo, besando el rostro de Tomás y mordisqueado sus hombros y cuello, tenía el control en su mano y no dejaba de hacer combinaciones para que vibrará a su gusto. Carol se movía muy intensamente y pronto ambos llegaron al éxtasis al mismo tiempo en un sonoro gemido al unísono. Ella dejo de moverse poco a poco, pero Tomás se movía de modo circular hasta que su flacidez lo saco de su cálido cuerpo, ella descanso sobre él por un rato, él acariciaba su cuerpo suavemente, sacó su ligera bata con cuidado de no lastimarla con las esposas que colgaban en una muñeca y siguió acariciándole con cariño.

Carol lo vio a los ojos, - te dejaré libre, pero no tienes permiso de tocar mi vagina - sentencio con una sonrisa pícara.

- está bien amor - expresó Tomás sonriendo también.

Ella se paró y comenzó a soltar las piernas de Tomás, después fue por la llave y terminó de liberarlo, Tomás veía que juguetes tenía en el escritorio. - no usaste todos - observó Tomás sin dejar de sonreír.

 - no, ya no estaba tan enojada después de pegarte un poco - contesto Carol juguetona.

Tomás sonrió y le dio un doloroso beso en los labios. Carol se separó de inmediato para no lastimarlo más. Él la abrazó fuertemente y suspiro, su pito comenzaba a latir en el vientre de Carol.

- traeré la maleta, debería estar aquí de tiempo completo - manifestó Tomás sonriendo muy sexy. 

Carol lo beso en la mejilla - te amo tanto -  

Tomás fue por la maleta, movió la toalla con cosas y monto a Carol sobre el escritorio, abrió la maleta y escogió varios objetos que acomodó sobre la toalla - acuéstate, debo cambiar el vibrador - explicó Tomás sonriendo maliciosamente.

- ¿solo lo cambiarás? - dudó Carol incrédula.

- respetaré mi castigo - afirmo Tomás sonriendo.

Carol se acostó con cuidado y Tomás se le acercó, ella abrió sus piernas y las retrajo a su pecho para abrirse todo lo que podía, él metió dos dedos en su húmedo coño y empezó a hurgarla por dentro, sabía que había un cordel, que ya había logrado tocar pero movió sus dedos dentro de ella simulando buscarlo en su interior, Carol gemía suavemente. Tomás pellizco su clítoris un poco e introdujo un tercer dedo, acariciándole todo el interior, jugaba con el huevo entre sus dedos y sobaba el clítoris de Carol que solo gemía de placer. Él intensificó los movimientos de sus dedos haciéndola tener un rico orgasmo que le mojaba la mano, saco el huevo entonces por el cordón y sonrió viéndola jadeante sobre el escritorio.

Tomás y Carol habían pasado unos días completamente incomunicados de todos, los padres de ella preocupados de no obtener contestación a sus llamadas decidieron hablarle a Tim para que se diera una vuelta por su casa y les dijera si se encontraban bien. Él no dudó en ir a revisar en la casa de la pareja, antes de llegar vio la camioneta de Tomás estacionada al frente, era medio día, seguramente estaban en casa, no sé veían en la sala o comedor por las ventanas del frente, tocó a las puerta y no obtuvo contestación, la puerta estaba abierta, entró buscándolos y hablándoles sin obtener respuesta, el lugar estaba callado, limpio y ordenado. Tim no quería importunar en su cuarto, si es que estaban ocupados dentro del mismo, empezó a llamarlos en voz alta mientras subía la escalera y siguió llamando pero nadie contestó, abrió la puerta con cuidado hablándoles sin respuesta alguna, cuando se animó a ver dentro del cuarto con cierta vergüenza vio el caos de la habitación, algunos dildos estaban en la cama y piso junto a un látigo.

Tim sorprendido de ver todos esos juguetes y cosas por doquier, no quiso tocar nada, los llamo de nuevo y nadie contesto, imaginó que no estaban en el cuarto y bajo las escaleras, de casualidad miró hacia la alberca, entonces logró verlos afuera, Tomás estaba sentado en un camastro, Carol usaba algunas correas o hilos rojos en su cuerpo. Ella se encontraba sentada frente a su hermano, cuyo rostro se encontraba en sus pechos, al seguirlos viendo se dio cuenta de que estaban cogiendo en realidad. Tim no quería ser indiscreto pero verlos divirtiéndose lo había excitado mucho, no perdía detalle alguno de ellos, sobre todo el cuerpo de Carol, ambos se mordían fuertemente dejándose la piel rojiza, ahora que los veía entendía porque ella gemía diferente a cuando ellos estuvieron juntos. Tim quería calmarse o tocarse para aplacar su deseo, decidió sentarse en la sala a esperar a que terminarán. Al sentarse en el sofá prendió la televisión sin querer, había una imagen en pausa donde estaban Carol y Tomás cogiendo en un hotel. Tim no podía creer lo que veía en la televisión tampoco, él decidió verlo en su espera, lo regreso al inicio, reía divertido con el baile de su hermano a Carol, para después masturbarse viéndolos coger en la televisión, mientras ellos seguían disfrutándose sin preocupación alguna.

Tim terminó de darse placer, fue al baño a limpiarse para después limpiar lo poco que hubiera ensuciado, se dio cuenta de lo pervertidos que eran ambos, él no hubiera realizado nada de eso con Carol, sus experiencias sexuales entraban dentro de lo romántico y común, con lo que se quedó pensando un poco. Carol descansaba sobre el pecho de Tomás, cuando a él le pareció ver a alguien en el interior de la casa, le dijo a Carol enseguida para que fueran a revisar, ella se reacomodo la poca ropa que tenía encima, permitiéndole a Tomás vestirse con el bóxer que usaba antes de sus juegos. Ambos entraron a la casa y vieron a Tim limpiando el sofá, la televisión seguía apagada, Tim brinco cuando los vio parados en el portal de la puerta.

- disculpen se me cayó una bebida en su sofá, ahora limpió - explicó Tim nervioso.

Carol salió detrás de Tomás, vestía un bikini rojo que apenas la cubría, mostrando gran parte de sus pechos y cubriendo por muy poco su monte de Venus, Tim la veía embelesado, era en verdad muy sexy. Tomás celoso lo vio e intento cubrirla con su cuerpo.

- ¿qué sucede mito? - preguntó Tomás con cierto enfado en su voz.

 - los padres de Carol me pidieron venir a verlos, ustedes no han contestado el teléfono y están muy preocupados - expuso Tim nervioso.

 - todo está bien, en unos días vuelvo a trabajar contigo, aprovechábamos el tiempo libre - manifestó Tomás sonriendo.

 - sí, me tocó verlos y decidí esperar aquí dentro, espero no interrumpir nada – se disculpó Tim queriendo irse.

 - eres siempre bienvenido Tim – aviso Carol sonriendo algo avergonzada.

 - no te preocupes, iremos con su familia, gracias por venir a avisarnos, ¿quieres tomar algo más? - preguntó Tomás dirigiéndose a la cocina.

 - no, estoy bien, tengo que irme, ya vi que están muy bien, y yo tengo trabajo - dijo Tim saliendo de la casa casi corriendo.

 Tomás y Carol lo vieron partir sin más y continuaron su día, más tarde estuvieron un buen rato con los padres de Carol platicando divertidos y volvieron a casa por la noche. Unos días después Tomás volvía al trabajo en la granja, llevo a Carol aún somnolienta para que conociera el lugar, aprendiera las labores justo como lo habían planeado e irle presentando a la gente que siempre estaba con ellos. Tim no dejaba de verlos cuando estaban cerca de él, aún recordaba el vídeo y el caos en el cuarto de ellos, intentaba no pensar en eso pero siempre volvía a su mente cuando veía a la feliz pareja jugueteando por ahí, Tim cayó en cuenta que necesitaba una pareja, pero está vez debía ser una chica diferente, quería explorar lo que ellos hacían pero seguir siendo romántico y cariñoso, sería una tarea difícil encontrar a una mujer tan especial, así que tendría que pedirle consejo a Tomás para encontrar a su chica ideal así como él lo había hecho.

 Era el día de la boda al fin, Tim les tenía muchas sorpresas a los novios, habían arreglado el descampado cercano al granero, donde solían hacer sus fiestas de piscina, está vez había muchas mesas redondas vestidas con manteles negros contrastados con otros en colores fluorescentes, las flores eran de colores vivos en jarrones negros con el grabado de las iniciales de los novios en plata, el granero había sido decorado en su interior para ser el lugar de la boda civil con guirnaldas alusivas al evento en blanco, negro y plata. Los invitados estacionaban al frente del granero, Tomás los recibía y les indicaba el camino para que fueran tomando lugar en las bancas del interior, él vestía un esmoquin negro tipo gamuza con una camisa verde fluorescente y corbata negra brillante. Tim junto a Cindy que era su ayudante revisaban que todo lo que habían previsto estuviera en orden y disposición del personal a quién le dejarían todo el cargo durante el evento para disfrutar de la fiesta asegurando que todo saliera perfecto para los novios y sin complicaciones para Tim.

Carol seguía en casa mientras los invitados llegaban, ponían los últimos detalles a su peinado y maquillaje junto a su madre, Luis y sus amigas más cercanas, al terminar de arreglarla fueron llevadas hasta el evento que no era tan lejos, todos los que se encontraban en las cercanías de donde estacionaron se preparaban para verla bajar de la camioneta. Carol estaba muy nerviosa, temía cometer un error o caer con las zapatillas al caminar, pensando en su mala suerte de siempre a pesar de que se había puesto madera sobre las piedras y campo, Luis fue el único que se atrevió a regañarla y fue quien la ayudó a salir del vehículo con su vestido intacto. El vestido de Carol era blanco con flores coloridas bordadas en un costado, arriba era un corset sin tirantes amarrado por la espalda, la falda esponjada y de varias capas a la altura de la rodilla, la cola del vestido eran más bien unas tiras de tela con flores bordadas que caían hasta el piso y sus zapatillas blancas amarradas al tobillo. Don Daniel la llevo hasta el altar a su propio paso, ambos padres lloraban durante toda la ceremonia felices de verla tan hermosa y feliz, al terminar la ceremonia con el clásico beso de los novios todos caminaron unos pasos hasta sus mesas para comenzar la fiesta, una banda de rock y un dj amenizaban la fiesta, los novios saludaban a todos sus invitados y platicaban un poco con ellos, la mayoría eran familiares de Carol y trabajadores del lugar, todos los invitados se la estaban pasando muy bien.

 Tim los veía celoso desde su mesa, deseaba poder encontrar una chica que lo amara y complementará como ellos lo hacían o simplemente enamorarse siquiera de una buena compañera pero le era difícil conocer chicas nuevas con tanto trabajo, tal vez ahí sería su mejor oportunidad pensó para sí. Las amigas de Carol habían ido sin acompañantes, pasaron el tiempo buscando conocer chicos durante la fiesta excepto Cristina, coincidentemente Tamara estaba sentada junto a Raúl, ambos se entendieron bien desde que comenzaron a hablarse, pero no evitó que ambos buscarán conocer a los otros solteros del lugar viendo las diferentes opciones, Cecilia en cambio bailaba con uno de los trabajadores del lugar, un chico moreno, atractivo, cuerpo musculoso por el trabajo, ella se le repegaba mucho y él se dejaba manosear con una gran sonrisa. Tim paso de mesa en mesa por cualquier cosa faltante, ahí conoció a Cristina que había quedado sola en su mesa, él la invitó a bailar para intentar conocerla, ella llevaba un vestido verde oscuro mostrando sus pocas curvas con zapatillas a juego.

 Era una chica divertida y muy agradable, Tim la paso muy bien con ella por un buen rato, la invitó a salir otro día, pero ella enseguida le dijo tener novio, Tim se sintió algo decepcionado pero igualmente bailaron otro poco más hasta que ella quiso ir al baño. Tim esperaba a Cristina cerca de los sanitarios, entonces vio venir a Renata, la hermana de Cindy, esa morena lo ponía muy nervioso pero estaba seguro de que le odiaba porque ella siempre lo evadía y era muy cortante con él. Renata vestía un vestido estraple entallado al cuerpo en color morado, resaltando sus anchas caderas, con algunas aberturas en forma de círculo que la atravesaban de derecha a izquierda, mostrando su ombligo y la piel de sus laterales, parecía no llevar ropa interior y su cabello peinado en caireles bien formados. Tim se sintió emocionado al verla venir, se miraba tan sexy pero sabía que no tenía oportunidad alguna con ella. Renata camino directo a Tim, deseaba hablarle pero su timidez le ganaba.

- Hola Renata - saludo Tim en un suspiró esperando que lo ignorará.

 - Hola señor Gertson - contesto Renata avergonzada.

 - me alegra que vinieras, te vez muy linda - expresó Tim sonriendo al obtener contestación de ella.

 - gracias, también se ve muy bien señor Gertson - respondió Renata sin poder verlo de frente.

- dime Tim por favor, me haces sentir raro cuando me llamas señor - afirmo Tim ligeramente sonrojado.

- lo siento señor Gertson - replicó Renata apenada.

 - ¿vienes con tú novio? - preguntó Tim antes de meterse en líos por hablarle.

- no tengo novio – aseguró Renata sonrojada.

  - ¿andas sola en la fiesta? - dudó Tim sonriendo nervioso.

  - llegue con la familia de Carol, creo que... sí, estoy sola - manifestó Renata pensando bien su respuesta.

 - ¿te molesta si te acompaño? - interrogó Tim curioso, viendo una oportunidad.

 - lo agradecería mucho - confeso Renata con su gran sonrisa.

 - ¿irás al baño?, puedo esperar aquí a que salgas - sugirió Tim suspirando nuevamente.

 - sí, ahora vuelvo - dijo Renata encaminándose dentro de los mismos cuando Cristina salía de los baños.

Tim algo nervioso, esperaba que Renata no lo hubiera visto con Cristina ahora que tenía una oportunidad, acompañó a esta hasta su mesa, él se despidió de ella agradeciéndole su compañía y voló al baño a esperar bastante nervioso mientras Cristina se quedó sola el resto de la noche. Renata salió del baño, había demorado mucho tiempo dentro, imaginó que él estaría atendiendo a los invitados o haciendo algo más para ese momento después de tanta demora, su rostro denotaba cierta tristeza cuando vio a Tim, se encontraba donde lo había dejado esperándola, ella sonrió ligeramente mientras se acercaba a él, lo tomó de la mano llevándolo a bailar en la pista de baile enseguida. Tim bailaba bastante nervioso junto a ella, todo tipo de ritmos bastante divertidos, Renata a veces se pegaba mucho a su cuerpo poniéndolo muchísimo más nervioso. Tim no sabía si podía avanzar con ella o no, después de meses de intentar acercársele o intentar conocerla este era el mayor acercamiento que había logrado y seguían sin decirse palabra alguna.

Tomás y Carol se escabulleron un momento de la fiesta, lograron hacerlo sin que alguien se diera cuenta, ellos corrían entre los arbustos y árboles hasta encontrar un lugar solitario y seguro. Carol tenía unas bolas chinas en la vagina y un dilatador en el culo, Tomás saco su pene y se peleó con la falda de Carol para sacarle las bolas chinas y comenzar a cogerla por detrás, tomándola por los brazos. Ambos estaban muy excitados, así que Tomás embestía muy fuertemente, ella gemía intensamente a la par disfrutando mucho de su ahora amado esposo. Pronto ambos se vinieron mojándose las piernas de fluidos, Tomás soltó los brazos de Carol y comenzó a besarla apasionadamente para después volver a colocar las bolitas en su lugar mientras ambos reían y bromeaban bastante relajados entre la oscuridad y las plantas.

Renata le indico a Tim que deseaba algo de beber después de bailar un buen rato, ambos continuaban callados mientras bebían sus copas, bastante nerviosos y sin decirse nada casi evitando verse. Tim se atrevió a sugerirle que caminar en los alrededores donde la música no fuera tan alta y les permitiera platicar, Renata aceptó con una sonrisa. Ambos continuaban algo callados caminando cuando vieron pasar a los novios corriendo en frente, Tim se extrañó y pensó que tenían un problema, tomó la mano de Renata para seguirlos o se acercaron a donde creían que habían ido, ya que los habían perdido entre la arboleda y la oscuridad, de repente escuchaban los gemidos de Carol y las nalgadas que Tomás le propinaba. Tim se sintió por demás excitado y avergonzado al darse cuenta de su error, volteo a ver a Renata esperando que no decidiera abandonarlo en ese momento incómodo, ella disimuladamente pellizcaba sus pezones por sobre el vestido al escucharlos. Tim decidido se acercó a ella y la beso intensamente en la boca, Renata correspondió del mismo modo llevando sus manos a recorrer el cuerpo de Tim sobre la ropa. Él llevo sus manos desesperadas por todo el hermoso cuerpo de Renata, bajo su vestido liberando los duros senos de la chica, bajo a mordisquearlos con intensidad y metió su mano derecha entre las piernas de ella como pudo, Renata gemía suavemente para no ser notados por los novios que no estaban muy lejos, tirándole del cabello. Tim sintió el pequeño calzón de Renata y acarició su humedad por sobre la tela. Renata estaba muy excitada, había esperado tanto tiempo para sentir sus besos y caricias, su cabeza se nublaba por el éxtasis de tenerlo entre sus brazos, se acercó a su oído y dijo - hazme tuya Tim - sin pensar en nada más.

Tim no podía creer lo que escuchaba, saco su miembro erecto bastante presuroso, dejando caer sus pantalones al piso junto a sus bóxers, subió el vestido de Renata recargándola en el árbol más cercano, corrió el pequeño calzón de ella y la comenzó a penetrar, Renata estaba tan mojada que entró casi todo el miembro de Tim, él disfrutaba esa cálida vagina que lo recibía y besaba a Renata en la boca apasionadamente. Tim llevo sus manos a las prominentes caderas de Renata y la montó sobre él, Renata enredo sus piernas en él y se agarró fuertemente de su cuello, Tim comenzó a moverse más intenso, de manera circular sin dejar de recargarse en el árbol que raspaba la espalda de ella ligeramente. Renata escurría profusamente mojándole los huevos, Tim la tomó con más firmeza, cargándola por completo y haciéndola rebotar en su duro pene. Renata estaba por venirse y soltó la boca de Tim, quería gritar de placer pero podrían encontrarlos, así que mordió el hombro de él fuertemente. Tim sintió los espasmos musculares de Renata junto a la mordida y se vacío dentro de ella mordiendo sus labios para acallar su placer. Él continuó cogiéndola hasta que su pito se encogió y salió por sí solo mojándolo aún más al escurrir el conjunto de sus fluidos del cuerpo de ella, con suavidad bajo a Renata de sus caderas y se acomodó la ropa con cierto nerviosismo sin perder de vista el cuerpo de Renata que tanto había deseado.

 - siento haberme venido dentro - expresó Tim nervioso.

 - puedes hacerlo cuando quieras - contesto Renata sonrojada. Tim se acercó a ella y le dio un beso intenso que ella contesto con el mismo ímpetu, hasta que Tim se separó de ella.

- ¿quieres ser mi novia? - preguntó Tim sonriendo nervioso.

 - solo con una condición - expresó Renata aún agitada.

 - ¿cuál? - cuestionó Tim muy curioso.

 - lo haremos todos los días - soltó Renata excitada.

 Tim la beso en todo el rostro, - múdate conmigo entonces –

Renata no podía creer esa respuesta, estaba loco, ella lo había dicho sin pensarlo mucho, pero también estaba enamorada de él y ahora de su sexo.

 - está bien señor Gertson - dijo Renata con una amplia sonrisa.

 - dime Tim hermosa, Tim por favor - indicó Tim con rostro enfadado.

- no señor Gertson, no puedo llamarlo aún por su nombre - afirmo Renata avergonzada.

Tim se sintió incómodo con su respuesta, le tomó la mano con cariño para pasear un poco más antes de volver a la fiesta, los novios bailaban al centro de la pista para ese momento, Cindy los abordo por sorpresa.

 - Gracias al cielo Renata está contigo, me preocupaba no verla en ningún lado - exclamo Cindy aliviada.

 - me dijo que estaba sola, pero ya no más - sonrió Tim sin soltar la mano de Renata.

Cindy los vio detenidamente, se acercó a Tim y confesó - cuidado con mi hermana, es muy apasionada, temo más por ti que por ella -

 - es mi novia y viviremos juntos - aviso Tim orgulloso.

 Cindy llevo su mano a la frente - por favor trátalo bien, es un buen hombre - directamente a Renata que se encontraba distraída viendo a la pista de baile.

 - el señor Gertson es el mejor hombre que conozco, no te preocupes hermana, estaremos bien - afirmó Renata con una gran sonrisa.

 - ¿cómo hago para que me llame Tim? - cuestionó Tim a Cindy en un susurro.

 - ¡está loca! - contesto Cindy moviendo la cabeza - no la entiendo ni un poco –compadecida por Tim sin saber cómo ayudarle con su hermana.

Tim soltó a Renata y fue directo con el dj, este le pasó el micrófono y acallaron la música unos minutos llamando la atención de todos los invitados de la fiesta hacía ellos.

- Buenas noches a todos, espero que la estén pasando muy bien, solo quiero pedir un gran aplauso para los novios - todos los presentes aplaudieron viéndolos y los novios a Tim con una sonrisa. - quiero que sepan que todos deseamos lo mejor para ustedes y estamos felices de que volvieran a nuestras vidas, les deseo mucha felicidad y quiero presentar a mi novia que se llama Renata, ven linda - anunció Tim sonriendo.

Tomás se sentía avergonzado pero feliz por ellos, Carol sonreía temiendo por Tim, la conocía muy poco pero le parecía una chica un poco extraña, solo podía desearles lo mejor. Renata se acercó a Tim y él la hizo girar para que todos la vieran, - esperamos mañana vengan a la fiesta en la alberca aquí mismo, diviértanse mucho - finalizó Tim y volvió la música justo después.

Tim abrazo a Renata y fueron al centro de la pista donde Carol y Tomás bailaban, acomodándose justo a un costado de ellos. La fiesta siguió hasta muy entrada la noche, la familia de Carol, Renata y Luis se quedarían en casa de los novios, Tim los acompañaba a llevar regalos y cosas junto con los demás para después llevarse las cosas de ella a su casa. Tim estaba decidido a ir al día siguiente por las demás pertenencias de Renata a casa de los padres de Carol, ya que era demasiado tarde para hacer el viaje por esa noche, además deseaba disfrutar de la morena a placer ahora que era su novia. Renata nunca había ido a la granja antes, seguía impresionada con todo lo que veía, Tim la llevaba directo a su casa, la había visto al pasar junto a ella, desde un inicio le pareció una casa muy linda y cálida sobre todo en comparación a la moderna casa de Carol y Tomás donde había estado antes.

Renata se sacó las zapatillas al entrar en el área con mosquitero, se sentía muy cómoda ahí sobre los pisos de madera, la de sus padres era muy distinta, pero le daba esa sensación de hogar.

- ¿estás segura de que quieres mudarte conmigo desde ahora? - interrogó Tim cargando la mochila de Renata y otras cosas que llevaban de la fiesta.

- sí, ¿por qué no? - lo veía Renata con una sonrisa pícara.

- vivo solo en esta casa, aislado de la civilización, con muchos perros guardianes que acatan mis órdenes - explicó Tim orgulloso.

- suena muy excitante - declaró Renata que tocaba las texturas de todo a su paso, absorta en ver cada detalle del lugar.

Tim acomodó las otras cosas en la mesa y se acercó a Renata para tomar su mano derecha con suavidad - ven, este es mi cuarto - mostró Tim abriendo su puerta.

Renata vio que había más puertas en el pasillo y que un viejo perrito entraba por una puerta especial.

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