👉 ¿Quién soy?
Varios libros me han marcado pero, sin duda, una frase extraída del libro “El Club de las 5 de la mañana” le dio sentido: “Nunca dejes de mejorar” y aquí estoy, en mejora continua para crecer como profesional y como persona. Puedes descubrir más sobre 📚 mis libros en Goodreads.
Bien: ¡así de entrada! comentaros que soy padre (¡menudo reto!), que estoy casado con una mujer maravillosa (me aguanta… ¡pobrecita!), que estudié informática y que sin duda alguna, no me hubiera contratado para nada. Aunque luego me dio por estudiar empresariales ya que quería entender los dos “lados”.
Hace más de 15 años que voy acumulando, en mi 🎒 mochila, aprendizajes resultado de mis experiencias profesionales. Por suerte (o no) he estado tanto en grandes empresas como en empresas grandes (no es lo mismo). Por lo general, he visto que: las grandes empresas eran más bien pequeñas (en tamaño) y las empresas grandes, pues simplemente era un número más y les dije adiós al poco tiempo de llegar… una me dijo que era demasiado proactivo, por lo tanto, me despedí de ellos deseándoles lo mejor pero esperando no volver a verlos (por ahora voy bien).
Me he desarrollado, y lo continuo haciendo, en el campo del crecimiento personal, creo en los cambios positivos y para poder hacerlo debía empezar por mí mismo. No podía olvidar la oratoria, para que me ayudaran a mejorar mi estilo de comunicación, mi lenguaje y en mi liderazgo. Me ayudó el formar parte de una red de jóvenes activos en todo el mundo como la JCI, donde pude experimentar y poner en práctica muchos de mis conocimientos, continuar aprendiendo y crecer de forma exponencial durante los años que compartí con todos ellos. Guardo cada minuto en mi corazón.
De todo lo aprendido, decidí que solo me podía casar (profesionalmente) conmigo mismo. De aquí surgió mi marca personal… ya que allá donde voy, lo doy todo y espero recibir a cambio un aprendizaje y unos retos (interesantes) casi constantes que me obliguen a continuar desarrollándome. Entonces es cuando vi que las empresas grandes no son para mí, lástima.