El perdón es un invento patriarcal

He pensado mucho tiempo en las formas de abordar el tema del perdón y la única sentencia que se me ocurre para abrir polémica es decir:

El perdón es un invento patriarcal.

Y es que por más que le doy vueltas y vueltas al discurso, ya no puedo quitarme el tercer ojo crítico que tengo en las manos ahora.
El perdón es un discurso plagado de control, de jerarquías, de percepciones, ego y deudas.

Es decir: cuando tú "le pides" perdón a alguien estás arrepintiéndote de algo que hiciste. Supone al otro sobre ti en una relación desigual de control, donde el otro tiene poder sobre ti y puede pedirte cosas-acciones-palabras a cambio: es una venta donde conseguimos (o no) algo de manera activa o retroactiva.

Y cuando ofrecemos perdón, nos colocamos en la parte de "arriba" donde podemos ponerle precio a nuestro "seguir adelante" o "cambiar" pidiendo lo que sea que consideramos "justo" y muchas veces sacando ventaja mental, emocional y física a partir de la culpa del otro.
Porque claro, el perdón está ejercido desde el arrepentimiento culposo. Desde la negación de la intención.

Y de aquí me surgen más dudas:
¿por qué pedimos perdón de las cosas que no queríamos hacer? Es decir, si no estaba en nuestras manos, no teníamos esa voluntad pero no teníamos opciones ¿tiene caso que pidamos perdón? ¿no en este espacio lo que deberíamos ejercer es la comprensión? y comprensión que no justificación, pues.

Por otro lado ¿por qué pedimos perdón de cosas que sí queríamos hacer? Nuestra intención y voluntad estaban en ello, lo queríamos, lo deséabamos. ¿No sería más fácil sincerarnos con cada una como correspondiera y hacernos cargo de estas cosas que queremos ejercer y por una o mil razones, no hemos podido? Aceptar que existe en nosotras unas ganas de y actuar en consencuencia. Dejar de engañarnos y por lo tanto de engañar a los otros.

Si te puedes "arrepentir" de aquello que querías con todas tus fuerzas, racional o no ¿entonces tiene sentido que lo hagamos?
No para mi. Es decir, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo la aceptación de nosotrAs mismAs? Incluso de las pulsiones desagradables o enojosas. Inlcuso de esa "parte oscura" de cada una que no busca la paz, sino el conflicto.

¿Genuinamente pedimos perdón por empatía o porque queremos deslindarnos de las consecuencias incómodas que nos trajo?

¿por qué asumimos que lo hacen por lastimar-nos? ¿en qué momento nos volvimos el centro del universo y todo se trata de nosotrAs? ¿por qué nos tendrían que pedir perdón de una voluntad en la que la explosión que nos llega es parte de un efecto -casi- colateral? Es decir, a partir de aquí, pareciera que solo es ego, control y autopercepción ¿no?

¿por qué perdonar significa querer de vuelta?
El perdón no nos deja hacernos cargo: "borrón y cuenta nueva"
No necesitamos el olvido, necesitamos hacernos cargo. No quiero que olvides que apretaste un gatillo en mi: quiero que tengas en cuenta que existe, que si lo pulsas es voluntario y que tendremos que buscar nuevas formas. Quiero que el que hagas algo que pueda rozar el gatillo me lo revele y me permita trabajarlo y crecer PARA MI. Quiero que no vuelva a pasar, incluso cuando eso signifique no tenerte cerca.

Yo no quiero perdonarte: prefiero recordar que el mundo no gira teniéndome como centro, que cada quién es el punto de encuentro de SU vida. Que todos estamos haciendo las cosas lo mejor que podemos con lo que tenemos. No quiero tu culpa ni tu arrepentimiento, quiero que te hagas cargo de las consecuencias de cada acción que -libremente o no- eliges.

Somos adultos, pues.
El perdón debía quedarnos chiquito hace tiempo.
El control y el poder tendría que ser un discurso que nos sobre de lo inútil que resulta.