Hace unos días fui invitado para ser parte del Día Internacional del teatro, fecha que me entusiasmaba mucho, ya que no formaba parte de ella desde hacía muchos años. Como mencioné, fue bueno encontrarse con rostros conocidos, algunos, muy cambiados por el tiempo.
Bob Ross me enseñó que los "errores" usualmente son "accidentes felices". Uno de esos accidentes con mi guardarropa dio origen a mi nueva imagen, la cual me gustó y, sorpresivamente, también a mi audiencia. Planeo hacer algunos cambios, pero mientras tanto... dejaré que las cosas fluyan.
La promoción artística y cultura es extremadamente importante, sobre todo en el público más pequeño. Por eso, cuando me enteré que un niño de diez años estaba organizando un evento por el día del Arte, agregando talleres e invitando a otros niños a compartir su música, mi respuesta inmediata fue "sí" a todo. El jovenzuelo de nombre Jorge Gabriel comenzó a hacer pequeños eventos en un parque cercano a su casa, aquí en Cancún. Invitó a vecinos y amigos a participar en talleres de dibujo que él mismo daba junto a profesores invitados. La idea es muy bella, y cosas como esas tienden a expanderse, a crecer. Fue así que al cumplir el primer aniversario de este evento, el mismo Instituto de la Cultura de la ciudad lo buscó para hacerlo un poco más grande. En uno de los lugares más icónicos y visitados de este lugar, el Parque de las Palapas.
Originalmente iba a apoyar en una clase exprés de dibujo creativo, enseñando a la gente cómo crear personajes originales al combinar objetos, alimentos, animales y demás. Sin embargo, al momento de iniciar dimos un giro inesperado gracias a la ayuda de dos grandes payasos de la región, quienes junto a mi amigo Aru, me ayudaron a hacer más dinámico el segmento.
Los niños reunidos elegían dos papelitos de mi contenedor, y uno de ellos se ofrecía a dibujar una figura que mezclara las dos palabras descritas en el papel. Fue entretenido y me vi asombrado ante algunas de las creaciones, que eran completamente originales, al igual que los nombres con los que las bautizaban. Una mesa fusionada con una bailarina de ballet suena descabellado... pero un niño hizo que funcione. Uno de los payasos, "tamborín", mencionó que ciertos dibujos (personajes) no debían ser vistos por Disney, porque podrían usarlos. Eso me dio risa, pero no exagero al decir que secundo su opinión.
Al terminar mi segmento, pudimos escuchar a una joven tocar su violín. Escuché el tema de Piratas del Caribe, que me encanta. Así pues, interpretó el Lago de los cisnes, momento cuando mi amigo Aru, me "sacó a bailar" delante de la gente, cargándome y dándome vueltas frente a todos. El ser muy delgado tiene ciertas ventajas, he de decir. Fue muy divertido y arrancamos sonrisas a más de uno.
Conocí al mimo Aru hace casi diez años, al igual que a otra gran amiga, la propietaria de este bello espacio cultural llamado Café Cardoni. Annie me ayudó años atrás, cuando aparecí por este sitio por primera vez. Me dio un espacio y su apoyo. Ella ha hecho mucho por la comunidad artística no solo de esta ciudad, sino de otras partes.
Después de un delicioso frappé moka cortesía de la casa, me dispuse a retirarme. Debo decir que me la pasé muy bien. Me divertí.
Siempre es bueno ver a los jóvenes talentos emerger. Siempre es bueno volver a ver rostros conocidos. Siempre es un honor coincidir con gente tan hermosa, como la que vi esa noche. Pronto estaré de vuelta por aquí, o en otro lugar, no lo sé... pero estaré de vuelta. Pronto sabrán de mí...