Inversión filantrópica de riesgo.

Inversión filantrópica de riesgo.

Sep 03, 2022

Sabemos que el gobierno en México invertía en investigación y desarrollo un porcentaje del PIB muy por debajo del recomendado por la OECD, y ya no digamos si lo comparamos contra lo que invierte Israel (más del 5 % de su PIB vs 0.297 % de México).

Porcentaje de inversión del PIB en Investigación y Desarrollo.

Los líderes de otros países han entendido que su desarrollo y economía dependen fuertemente de la generación de conocimiento, de propiciar un clima que siembre la semilla de la innovación, que motive a sus ciudadano(a)s a cristalizar ideas que, si las condiciones son las adecuadas, podrían generar compañías con un elevado impacto no sólo local sino internacional, así como un alto valor económico.

En un mundo donde la economía es impulsada por el conocimiento, la capacidad intelectual (inclusive la mejorada a través de mecanismos bioquímicos diseñados por los científicos, o bien la integración de la Inteligencia Artificial con la mente humana) será un activo sumamente apreciado. Por ello, resulta alarmante que el coeficiente intelectual de los mexicanos esté disminuyendo: malnutrición, fuga de cerebros, etc.

Ahora bien, si ni el estado Mexicano ni el sector privado invierten lo suficiente en ciencia y tecnología e innovación (CTI), ¿quién lo hará?

Leo en "21 lecciones para el siglo XXI" de Yuval Noah Harari, en su capítulo dedicado a la igualdad menciona que "las 100 personas más ricas poseen más en su conjunto que los 4,000 millones de personas más pobres". Yuval hace una extrapolación nada alentadora: "Hacia el 2100, el 1 por ciento más rico podría poseer no solo la mayor parte de las riquezas del mundo, sino también la mayor parte de la belleza, la creatividad y la salud del mundo". ¿Quizá alguno de esos supermillonarios invierta en CTI en países subdesarrollados sólo por ayudar a equilibrar la balanza?

Así, me entero en un artículo de Nature Biotechnology que existe algo llamado "inversión filantrópica de riesgo" (IFR). La IFR "tradicional" es un modelo de financiación en el que las organizaciones sin fines de lucro intentan avanzar en su misión mediante el uso de fondos donados para realizar inversiones de capital en una empresa con fines de lucro.

En algunos casos, estas inversiones tienen el potencial de generar rendimientos financieros que luego pueden reinvertirse para continuar apoyando la misión de la organización. Sin embargo, estos rendimientos no son compartidos con las personas que aportaron el capital: una parte de las ganancias de la inversión se devuelven al contribuyente de capital y, por otro lado, donan una parte de las ganancias a una entidad sin fines de lucro.

Este tipo de mecanismo de financiación parecer ser muy adecuada para startups basadas en biotecnología. De 2002 a 2017, la IFR en USA pasó de $520 millones de dólares a $2.6 billones. Esta tasa de crecimento anual ha superado a lo que ha invertido tanto el sector industrial y gubernamental, conviertiendo a la IFR es un motor de innovación, sobre todo en lo que se refiere a Fundaciones relacionadas con enfermedades muy particulares, en otras palabras, aquellas enfermedades que no resultan atractivas económicamente para ciertos inversores de capital.

Los emprendedores cuentan entonces con estas ventajas al asociarse con una IFR: Acceso a recursos más amplios de la fundación; mayor disposición a invertir en áreas de alto riesgo; validación de concepto o creación de un producto mínimo viable.

Los autores del artículo muestran tres casos de éxito: uno relacionado con la investigación de diabetes juvenil (terapia de células beta en el páncreas), otro con la investigación del cáncer, y finalmente una fundación enfocada a la salud cardiaca y cerebral. Por ejemplo, en México, la diabetes cuesta millones de pesos en tratamiento con cuenta al erario público. Pienso en un par de investigadore(s) mexicanos que han hecho avances en la formulación de estrategias de control automático para una mejor y más natural dosificación de insulina, algo así como un páncreas artificial. Sus algoritmos podrían programarse en dispositivos médicos sin ningún problema, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Pero hace falta que se invierta en ellos.

A propósito de la comparecencia (postergada en múltiples ocasiones) que tuvo la Directora de Conacyt, revisito la tesis de Mariana Mazzucato del papel que debe jugar el gobierno como principal inversor en CTI.

Este artículo se publicó originalmente en el portal de Cadena Política el 10 de agosto de 2022.

https://elrincondelcapitannemo.wordpress.com/2022/08/19/inversion-filantropica-de-riesgo/

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