Generar más caos dentro del caos en el que ya vivimos, podría no ser la mejor opción para despertar las mentes que han permanecido en la apatía de la democracia; demostrar que hay poder de convocatoria sin presentar ideas concretas y rutas críticas de cómo se alcanzarían los cambios propuestos, es similar a las marchas que vemos en pro del gobierno, donde sólo se va a vitorear para cumplir con el compromiso; organizarlas para crear un aparador en el que los egos particulares sean potenciados, es otra hipocresía más de esos líderes que desean promover el cambio.